VenePirámides
Cuando se lanzó la convocatoria para los bonos soberano 2022 la primera pregunta de varios inversionistas fue si necesitaban una cuenta en una casa de bolsa en el extranjero para hacer la posterior venta y obtener finalmente las divisas. La participación de los bancos nacionales permitió eludir ese requisito, pero ahora cuando el Banco Central de Venezuela decretó la transferencia obligatoria de la custodia de todos los bonos a sus arcas, el asunto vuelve a ser relevante.
El BCV ordenó el 29 de marzo (circular VOI-0132011) que todos los bonos de la República o de las empresas estatales denominados en divisas que tuvieran los bancos privados y los públicos debían ser transferidos al nuevo SICET, Sistema Integrado de Custodia Electrónica de Títulos. La medida debe cumplirse antes del 30 de junio y en las últimas semanas los inversionistas no paran de preguntarse ¿si se podrán vender los bonos con la misma rapidez?, ¿será mejor transferir su custodia al extranjero? o ¿cuáles serán las implicaciones de esa normativa? En términos prácticos, la custodia de los bonos o de cualquier tipo de acciones siempre debería estar en manos de un tercero y no directamente bajo el mandato de una casa de bolsa o del banco que los administra. Esa condición es la que permite que una voz independiente certifique la tenencia de los papeles y actúe en caso de alguna intervención. Con esa lógica, en un país de gobernantes serios, la decisión sería la más acertada, aunque es claro que habrá cambios en los próximos meses con los bonos, porque cualquier operación de venta o transferencia deberá ser notificada primero al custodio, es decir, al BCV, según reportó el diario El Universal.
Para quienes la custodia del BCV los intranquiliza (y con razón), la solución es simple: abrir una cuenta con un broker internacional y solicitar la transferencia de la custodia de los bonos que tenga. Las opciones son múltiples y dependen de una evaluación en la que hay que considerar el costo de las transacciones de venta, las comisiones de mantenimiento, el saldo mínimo en cuenta, el monto de apertura y la ayuda en línea que presta esa casa de bolsa en particular. La operación, en principio, es costosa y por eso, lo mejor es hacer la transferencia de custodio si el plan es mantener el papel a mediano plazo.
Los motivos de angustia son plenamente justificados: El BCV ha perdido toda su seriedad, y hoy en día contabiliza como activos los fondos que ha entregado al FONDEN, que todos saben han sido malbaratados; en consecuencia, el activo no existe y el BCV está quebrado. Igual suerte podrían correr los bonos que se le entreguen en custodia: podrían ser contribuídos a un fondo estatal, o simplemente vendidos para generar efectivo para las disminuídas reservas internacionales.
Si tiene algún afecto por sus bienes materiales ni siquiera considere dejar sus bonos en custodia con una institución financiera venezolana…