A juicio de un lector, es acertado que se haya tomado en cuenta a Antón Castillo como nueva autoridad de Pdvsa Gas en la región oriental. Es un gerente eficaz, responsable, impecable y prudente. En una comunicación Manuel Dávila señala: No tiene manchas de corrupción en su currículo, no se reúne en sitios públicos a ingerir bebidas alcohólicas ni nada que se le objete.
Ojala no le suceda como a sus antecesores, como aquellos que siguen interfiriendo en el área. Uno de ellos, millonario entre los millonarios, es muy dado a las juergas y en los cenáculos en donde se reúne suele hablar del “poder absoluto” que tiene sobre su cuñado Pedro León y sobre quienes le garantizan contratos en Pdvsa Gas y Pdvsa. Manejando tantos recursos y relaciones han cedido a las tentaciones. Estos magnates siempre hablan de sus proezas y negocios frente a sus amigos. Pedro León no parece ser un hombre que haga lo que le impone el magnate de su cuñado, tal y como él lo dice. El poder del magnate alcanza, según él, la vicepresidencia de exploración y producción, lo que aumenta su “capacidad” para obtener y asignar contratos (?). Lo cierto es que sólo un magnate puede tener carros de más de 2 millones 500 mil bolívares. BMW, Hummers, Porshes son sus marcas favoritas. Pero la mayor parte de su dinero proviene del coque y de los arreglos con el contratista Micale, quien lo invitó a la inauguración de su nueva mansión.