Ayer tuve la oportunidad de participar en calidad de experto en una conferencia sobre la corrupción en Venezuela en la OEA. No todos los días se ventilan estos temas en instituciones de ese tipo. Por mucho que quise estar presente, y a pesar de haber sido invitado por la oficina del Secretario General Luis Almagro, no pude por motivos ajenos a mi voluntad. A continuación un resumen de mi exposición «Origen y destino internacional de fondos ilícitos venezolanos.»
Cuando se habla de origen de fondos ilícitos provenientes de Venezuela, todos los caminos conducen a PDVSA. Al ser la principal industria del país, y practicamente única fuente de ingresos en divisas, PDVSA es la fuente de la práctica totalidad de la corrupción en Venezuela. Siendo así, obtuve los estados financieros de la página web de PDVSA (años 2001 – 2016) e hice varios calculos: ventas de petróleo, ganancia neta, costos, aportaciones al FONDEN, regalías, etc.
Cuando se habla de corrupción en Venezuela, es importante cuantificar, y tratar de poner en términos básicos, el tamaño del problema.
En azul el Plan Marshall, programa de ayuda internacional que sirvió para la reconstrucción de 18 países europeos después de la Segunda Guerra Mundial. El costo de ese programa, a dólares ajustados a valores actuales, fue de 100.000 millones.
En amarillo el TARP, acronimo de un programa de ayuda financiera ejecutado por el gobierno de los EEUU para reflotar la economía de ese país después de la crisis bancaria de 2008. El costo de ese programa, todo ajustado a valores actuales, fue aproximadamente 450.000 millones de dólares.
Luego tenemos la PDVSA, roja rojita de Rafael Ramirez, la cual percibió ingreso por ventas de petróleo entre 2001 y 2016 de 1.305.000 millones de dólares. Estamos hablando de millones de millones, es decir billones.
Para quien se dificulte la compresión de estos montos:
– Reconstruyeron Europa con 100;
– Reflotaron la mayor economía del mundo con 450;
– A PDVSA ingresaron 1.305, y la gente muere de hambre en Venezuela.
Ese es un bosquejo simple del tamaño de la corrupción en Venezuela. Si agregamos los 180.000 millones de dólares de deuda interna y externa emitida por el chavismo, en el mismo período 2001 – 2016, llegamos a 1.485.000 millones. Y si consideramos el período entero del chavismo en el poder, 1999 a nuestros días, el ingreso es aún mayor.
Dónde está el dinero? A dónde fue a parar? Una parte está en el seno de la propia OEA, es decir en las arcas de algunos países miembros. El CARICOM es un grupo de naciones caribeñas, muchas de ellas pertenecientes a PETROCARIBE: un programa dizque de cooperación que se inventó Hugo Chavez por el año 2000. La cooperación desde aquel entonces se ha resumido a: petróleo a cambio de votos (en la OEA), a cambio de favores diplomáticos, a cambio de inteligencia, asesoría y elementos de represión.
Jamaica le debía 3.200 millones de dólares a PDVSA; la República Dominicana 4.000. En lugar de cobrar hasta el último centavo, considerando la depauperada situación país, el chavismo decidió perdonar la mitad de la deuda.
Cuba, primer miembro de PETROCARIBE, está recibiendo cantidades desconocidas de petróleo desde el año 2000. Como ejemplo, entre Septiembre de 2017 y Febrero 2018, PDVSA envió crudo y otros derivados a Cuba (Cubametales) por más de 300 millones de dólares. Sólo en Diciembre de 2018, más de un millón de barriles de crudo, gasoil, butano y jetfuel fueron enviados en seis cargamentos, a un costo aproximado que excede los 55 millones de dólares. Esto sucede mientras la mayoría de los niños venezolanos sufren desnutrición.
La Nicaragua del sanguinario Daniel Ortega recibió a través de PETROCARIBE más de 4.000 millones, basicamente para comprar los juguetes necesarios para asesinar a un pueblo sublevado ante la corrupción galopante y gobierno dictatorial de Ortega. Casi 500 asesinatos financiados con dinero venezolano.
Por ello, es menester indicar que algo del dinero robado a Venezuela está repartido por esas naciones cuya única cooperación ha sido apuntalar en el poder al chavismo, castrismo y degenerados como Daniel Ortega.
Luego tenemos a los EEUU, uno de los destinos predilectos de la boliburguesía. Un ejército de asesores de bienes raices, banqueros, abogados, cabilderos, políticos, y relacionistas han asegurado a quienes han quebrado a Venezuela una vida plena de los más obscenos lujos, de acceso a los mejores clubes, bancos, residencias, todo a la luz del día sin que autoridades de ese país, por muchos años, se hiciesen la primera pregunta sobre el origen de tales fortunas. El bolichico Alejandro Betancourt adquirió gracias al banco JP Morgan el penthouse de Onasis; Alejandro Andrade vivía como un pacha, mientras el hijo se la daba de influencer, por años, sin cuestionamiento alguno; Victor Vargas compró la mansión más caras de Palm Beach; Coco Capriles tiene a la familia instalada, al igual que los Oberto, el traqueto Morales Divo, el lavador de dinero predilecto del chavismo David Osío, es decir, los artífices de la destrucción de Venezuela, del robo de cientos de miles de millones, viajan y viven, de lo más campantes en EEUU.
Pero no sólo en el continente americano son bienvenidos los fondos ilícitos provenientes de Venezuela. España, ahora rivalizando con EEUU como destino preferido, acoge de brazos abiertos a toda la boliburguesía y a todo el chavista que decida ir a lavar lo mal habido por allá. Nervis Villalobos, Javier Alvarado, Luis Carlos de León, Rafael Reiter, Gustavo Mirabal, los hermanos Khalil, Jesus Vidal Salazar y Aaaron Ortega, los Neri Bonilla, Juan Carlos Escotet, Victor Vargas, Coco Capriles, Axel Capriles, Miguel Angel Capriles Lopez, Moris Beracha, Alejandro Betancourt, Pedro Trebbau son sólo los más conocidos «empresarios venezolanos», cuyas «fortunas» están siendo blanqueadas en España, a la vista de todos, sin problema alguno.
Suiza, que no tiene el primer banquero al que no le agrade lo mal habido en Venezuela, ha lidiado con todos los nombrados. Todos tienen cuentas por allí. Venezuela era el país que tenía mayor cantidad de dinero depositado en HSBC, más de 11.000 millones de dólares, que Alejandro Andrade manejaba con absoluta discrecionalidad. Los Oberto, recibieron en el banco EFG, tan sólo en un mes, 1.000 millones de dólares provenientes de cuentas de PDVSA en el Espirito Santo de Portugal. Los bichitos de Derwick montaron su propio banco (Credinvest), cuando no usaban a Gazprombank para sus manejos dolosos.
Otros países europeos están involucrados a niveles difíciles de justificar. Andorra, cuyo PIB es un poco más de 3.000 millones de dólares, vio pasar por uno de sus bancos (Banca Privada D’Andorra) un monto mayor en esquemas de lavado de dinero proveniente de PDVSA, en el que está involucrado Rafael Ramirez y casi toda su familia y colaboradores inmediatos. Lo mismo aplica en Portugal. El Reino Unido fue usado por Samark Lopez y Tareck el Aissami para triangular a través de testaferros la adquisición de medios, mientras que abogados y ex policias de esta ciudad estan hasta el cuello en todo tipo de guisos, al dia de hoy, con PDVSA.
Millones de millones dan para mucho. La corrupción es, sin lugar a ninguna duda, la causa de la crisis humanitaria, por cuanto si no se hubieran robado los dineros, el país y todos sus habitantes estarían en una situación privilegiada. No existe justificación posible que Venezuela se encuentre en el estado actual, con ese nivel de ingreso, por mucho que haya que restar costos. Colombia, el país con el mayor número de desplazados (7 millones), tiene aproximadamente el doble que Venezuela, cuyos emigrantes han decidido abandonar el país desde el 2015 mayoritariamente, y no luego de décadas de conflicto armado con grupos narcoterroristas.
Millones de venezolanos no abandonan el país por la inseguridad, ni por la falta de justicia, o democracia, sino por la falta de comida, medicinas, y los insumos más basicos. Por hambre. Y ello es atribuible, de forma directa y absoluta, a la corrupción.
Los países del hemisferio deben hacer más, mucho más, para prevenir situaciones como la de Venezuela en el futuro. No es responsable ver como se saquea un país hasta la ruina, y pretender que nada sucede, o excusarse con el argumento absurdo de no injerencia. El exodo de millones de venezolanos hacen global el problema de Venezuela. Toda la corrupción, de todo el continente americano, no se equipara a la de Venezuela. Me atrevería a decir que no hay un caso similar al de Venezuela / PDVSA en el mundo.