Chávez obliga a la banca a comprar bonos «especiales» que representan 98% de su patrimonio

VenePirámides 

Decidido a apoyarse en la banca para financiar una importante expansión del gasto, la administración de Hugo Chávez implementa un plan de endeudamiento a través de la emisión de bonos catalogados de «especiales» porque se utilizan para impulsar planes en el sector agrícola y la construcción.

La próxima operación estará a cargo de Pdvsa que le venderá a las entidades financieras bonos por 3 mil millones de bolívares a fin de obtener recursos que luego serán transferidos al Fondo Zamora que, a su vez, los entregará en créditos a los agricultores.

Una mirada amplia a las operaciones «especiales» indica que han alcanzado montos relevantes. Al tomar en cuenta todos los bonos que ya se han colocado, los 3 mil millones que Pdvsa emitirá en breve y los 14 mil 600 millones que serán emitidos para la construcción, se obtiene un total de 44 mil 600 millones de bolívares, unos 10 mil 300 millones de dólares al tipo de cambio oficial.

Otra forma de observar la magnitud de esta cifra es que representa 98% del patrimonio de la banca y 8,3% de los depósitos del público.

Un aspecto clave es que estas emisiones de bonos le permiten al Gobierno aumentar su dominio en la economía porque disminuyen el rol de la banca.

En vez de que las entidades financieras evalúen el riesgo y decidan a cuál agricultor o proyecto de construcción le prestan, ahora compran bonos al Gobierno y posteriormente, son los organismos públicos los que entregan los préstamos.

Si los créditos no son recuperados, el Estado tendrá que asumir las pérdidas.

Oscar García Mendoza, presidente del Banco Venezolano de Crédito, señala que «no se trata de inversiones reproductivas, el dinero va a organismos públicos que no generan ingresos, mañana seguramente habrá que licuar esa deuda devaluando, la banca se está empapelando en magnitudes muy importantes».

Aparte de los títulos para fines específicos, el Ministerio de Finanzas coloca todas las semanas letras del tesoro y bonos conocidos como DPN.

El resultado es que después de descontar los vencimientos, en los primeros cuatro meses de este año, las facturas que debe pagar la República en bolívares registran un alza de 40 mil 600 millones de bolívares, un salto que duplica al ocurrido en los primeros cuatro meses de 2011 y es el más elevado desde 1999.

Al cierre de abril, la deuda interna se ubicaba en 175 mil millones de bolívares y en este momento es mucho más si se incluye el endeudamiento para vivienda y agricultura. 

Para el Ejecutivo hay claras ventajas. Aparte de que los compradores de los bonos son bancos a los que puede forzar a alargar el plazo de los vencimientos, la deuda está en bolívares y por tanto a través de una devaluación se diluye el impacto en las cuentas públicas.

Al devaluar el Gobierno adquiere más bolívares por los petrodólares y así puede pagar la deuda con la banca, aunque al precio de impulsar la inflación y disminuir el ingreso de los ciudadanos.

Si bien la deuda venezolana no alcanza niveles que comprometen las finanzas públicas crece aceleradamente en medio de un boom de altos precios del petróleo.

La deuda total, interna y externa, ya representa 50% del PIB una magnitud que no es del todo confortable, según reportó el diario El Universal.

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