El lunes 22 de julio de 2019 Luisa Ortega Díaz inició una gira europea en Madrid, donde se reunió con personalidades del mundo político, pero en realidad el centro de aquel viaje era Ginebra, donde tenía marcada dos importanntes actividades: una era verse con la doctora Michelle Bachelet y la otra, ir al edificio situado en Route de Chancy 6B, 1213 Petit-Lancy, donde operan las oficinas de la Procuraduría (Fiscalía) General de Ginebra, Suiza.
Ella llevaba una encomienda especial y secreta, rescatar a dos de los implicados en el mil millonario robo contra Pdvsa, Francisco Morillo y Leonardo Baquero, allá enjuiciados y arrestados producto de un proceso criminal por lavado de dinero que se tramita en el expediente P/3072/2018.
De qué se trata
Una megabanda hamponil se adueñó de nuestra otrora poderosa industria petrolera para ponerla aparentemente al servicio de una revolución, pero en realidad era para saquearla, tarea que se encomendó por primera vez a Rafael Ramírez. Este la ejecutó concienzuda y despiadadamente tras la criminal e inolvidable puesta en escena de Hugo Chávez sonando un pito en cadena nacional de radio y televisión para despedir con burla al personal mejor capacitado de Pdvsa –18.000 de ellos–, a lo que prosiguió aquel inhumano ataque de sus bandas armadas en Los Semerucos, estado Falcón, sacando a rastras, con plomo y lacrimógenas a los residentes de aquella urbanización donde vivían cientos de trabajadores y sus familias.