Carlos Méndez es el CEO de EVTV, un canal de televisión por cable que opera desde Doral, Florida, y que se ha convertido en una plataforma de propaganda contra el régimen venezolano. Méndez es también el testaferro de la familia Salas Römer, exgobernadores de Carabobo, en Simple TV, la empresa en la que compró acciones y opera lo que dejó DirecTV Venezuela.
Según algunas fuentes, Méndez fue contratista de los Salas Römer y su hombre de confianza durante los años que gobernaron la región carabobeña. Se le acusa de saquear a Carabobo y tener una “lavadora” a través de múltiples propiedades y empresas que siguen funcionando en Venezuela y en Estados Unidos.
Entre sus negocios se encuentran los hoteles Aloft Coral Gables, Aloft Miami Brickell y Hotel Indigo Miami Brickell, junto al magnate y arquitecto venezolano Pedro Villar. También operó agencias de MetroPCS, donde comercializaba teléfonos celulares. Además, es el dueño de EVTV Miami, canal que le arrebató al empresario Oswaldo Muñoz, propietario del diario El Venezolano.
EVTV se presenta como una alternativa informativa para los venezolanos en el exterior, pero que en realidad es una herramienta al servicio de los intereses políticos y económicos de los Salas Römer y sus aliados. EVTV gozó de fondos que administró Juan Guaidó con apoyo del gobierno norteamericano. También recibió fondos de un plan de la Casa Blanca para todos medios de comunicación venezolanos, pero del que Méndez y EVTV en Miami fueron unos de los pocos beneficiarios, aunque esos cerca de 6 millones de dólares, estaban destinados a todos los medios de Venezuela, según @noticolorado_.
No se explica cómo a través de Carlos Méndez, la familia Salas Römer es accionista también de Simple TV, que compró y opera lo que dejó DirecTV Venezuela. Tampoco se entiende cómo el gobierno venezolano, que dice enfrentar a EVTV, se entiende con Simple TV, para darle permiso a través de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y que pueda operar con Méndez de socio, de acuerdo con @noticolorado_.
Méndez lleva una vida muy ostentosa, sin tener un negocio sólido o próspero. Vive en las lujosas torres Jade de Brickell y tiene de vecino al estratega político J.J. Rendón. A Méndez se le ha relacionado sentimentalmente con las famosas venezolanas Kerly Ruiz, Norma Isaba y Gabriela Vergara.
Muchas incógnitas faltan por despejarse en torno a Méndez, quien parece ser el testaferro perfecto para los Salas Römer y sus negocios turbios.
Pero los vínculos de Méndez no se limitan a los Salas Römer. Méndez sería asesor financiero del político Roberto Marrero, quien fungió como mano derecha de Juan Guaidó, en su corto salto a la fama. Marrero es un abogado y exjefe de despacho de Guaidó, que fue arrestado en Caracas en marzo de 2019 y permaneció preso durante varios meses.
Méndez también asesora en negocios a Fernando Blasi, un agente todopoderoso, representante de Guaidó sobre bienes de Venezuela en Estados Unidos, como los de la petrolera Citgo.
Así, Méndez se mueve entre las sombras de la política y los negocios, aprovechándose de la crisis venezolana y de la confianza de sus socios y clientes. Su canal es una fachada para ocultar sus verdaderas intenciones y para manipular a la opinión pública. Su rol como testaferro de los Salas Römer lo convierte en un actor clave para entender el entramado de corrupción y poder tejido por un puñado de venezolanos entre Venezuela y Estados Unidos.
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