Ya es un hecho. Beto Finol y sus hijos, (están de moda los padres e hijos) se integran a la estructura accionaria de Don Pan, la exitosa cadena de panaderías fundada por los hermanos Gorrín, Alvaro y Juan. Los Finol comprarán un alto porcentaje que estará sujeto al ingreso también de Oswaldo Karam, propietario de la Clínica La Floresta, el 10% de El Nacional y el 5% del Banco Canarias, en el que justamente los Gorrín también son accionistas. La idea es que los Gorrín, los Finol y Karam, vayan a partes iguales, antes que además se resuelva la sociedad con una compañía norteamericana que se encargará de llevar la franquicia Don Pan a todos los estados donde haya comunidades latinas. Hasta California, llegará Don Pan.
Don Pan nació en la Caracas de los años sesenta cuando Luis Gorrín, quien acababa de llegar de España para instalarse en Venezuela, decide abrir una panadería en Catia. Gorrín tuvo éxito en su empresa y, con el pasar del tiempo, el negocio familiar se fue expandiendo hasta llegar a poseer más de 50 negocios relacionados con el ramo de la panificación.
En los noventa, la familia Gorrín decide incursionar en los Estados Unidos con una panadería al estilo venezolano. En 1992 abren su primera tienda en Miami. En principio, la incursión en el mercado estadounidense se hizo bajo el formato de socios operadores (51% la corporación y 49% los inversionistas).
La empresa Don Pan, presidida actualmente por Álvaro Gorrín Jr., posee 15 establecimientos en Venezuela y 18 en el sur de la Florida. Con una facturación anual de más de 12 millones de dólares, es considerado uno de los negocios de capital venezolano más exitosos en Estados Unidos.
Las panaderías presentan una oferta muy variada: desde arepas, tortillas, batidos de frutas tropicales, sandwiches, hasta pasteles secos, tortas francesas y un portafolio de más de 20 clases de panes. Según Gorrín, el éxito del negocio se esconde tras la variedad y la novedad de sus productos, además de precios bastante módicos.
Don Pan ha puesto en marcha un plan de franquicias cuya meta es incrementar a 50 o 60 el número de locales en toda la Florida. Tener una licencia de Don Pan cuesta 35 mil dólares mientras que el royalty asciende a 6% de las ventas totales. Además, requiere una inversión de 400 mil dólares para los fabricantes y 250 mil los que no son fabricantes.
Aparte de los negocios panaderos, la familia Gorrín también ha incursionado en otros sectores de la economía. Específicamente en el campo de la comida rápida con franquicias como Burger King, Papa John’s y Subway. Además, son los principales accionistas del Banco Canarias.