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El pasado 4 de agosto, el ministerio de Educación, mediante resolución 015460 ordenó medidas preventivas y vigilancia especial en contra de la Fundación Universitaria para el Desarrollo Humano-Uninpahu. Se trata de una de las instituciones educativas pioneras en programas técnicos y tecnológicos del país con sede en Bogotá. Con esta decisión, su fundador Luís Hernán Linares Ángel tras ocho años de su muerte, empieza a descansar en paz.

La intervención de esta institución con 46 años de funcionamiento, 18 programas académicos, cerca de 5.000 estudiantes y más de 20.000 egresados, evidencia el tortuoso camino que ha recorrido María Paula Linares, única hija mujer y heredera de Luís Hernán Linares Ángel para recuperar la universidad y el legado académico de su padre, reseñó Norbey Quevedo en la Agencia de Periodismo Investigativo (API).

Esto porque ella perdió el control de la institución en el año 2019, tras unas maniobras societarias y jurídicas que incluyen episodios de manipulación y violencia intrafamiliar de parte de su exesposo Juan Luis Velasco, procesado penalmente por estos hechos. Ni el directivo, ni el rector de la institución se han pronunciado sobre el tema, pese a los llamados de la Agencia de Periodismo Investigativo, API.

María Paula Linares ha sido dos veces víctima. La primera por parte de la Farc que la secuestró el 5 de febrero de 1999 y la liberó un año después luego de que su padre pagara tres veces su secuestro. La segunda cuando seis meses después, el 8 de julio de 2000, y a pesar de la desaprobación de sus padres y hermano, contrajo matrimonio con Juan Luis Velasco.

Desde entonces y cómo reposa en los anales de la justicia, María Paula Linares ha vivido un infierno. Un espiral de violencia intrafamiliar que incluye golpes, insultos, amenazas, coacción y todo tipo de violencia física y síquica en su contra que arrasó con la paz de ella y de sus dos hijas.

Una situación que derivó en 2005, que se acercara a la Comisaría de Familia de Chapinero para denunciar a Velasco de quien, según lo narró en su momento, la agredió físicamente en la cabeza, manos, espalda y pecho.

Tres años después regresó al mismo lugar con la voluntad y la moral más quebrada su relato así lo refleja, “de común acuerdo con mi esposo cambié de domicilio con mi hija menor de edad M.V.L de 4 años (…) el padre de nuestra hija se encontraba de viaje, salió del país el día 22 de abril y regresó el 4 de mayo. Yo cambié de domicilio el día 28, desde su llegada a Bogotá única y exclusivamente por su voluntad no ha visto a su hija”, se lee en la constancia expedida por la comisaría.

Foto: Facsimil de la primera página de la resolución del ministerio de Educación

Dieciséis años tardó Maria Paula Linares para volver a tocar las puertas de la justicia. El 5 de febrero de 2021 acudió a la Fiscalía para relatar dos décadas de maltrato y violencia en donde expuso un móvil; el control de la universidad que había heredado de su padre, Uninpahu.

Y es que tras la muerte de Hernán Linares Ángel, el 17 de diciembre de 2014, María Paula y su hermano Juan Manuel, acordaron cada uno tomar el control de una universidad, él la de Los Libertadores y ella de Uninpahu, ambas fundadas por su progenitor.

Las secuelas que le dejó el secuestro impidieron que María Paula terminará su carrera de derecho que cursaba en la Universidad Javeriana. Sin embargo, siempre trabajó en el área administrativa de la institución educativa.

Tras el deceso de su progenitor y con el acuerdo suscrito con su hermano, Linares sin entender del todo de balances y estados financieros, accedió a que su aún esposo Juan Luis Velasco ingresara como miembro de la Asamblea General de Uninpahu, el 11 de diciembre de 2017.

A partir del 15 de marzo de 2019, Velasco, a quien Hernan Linares siempre tuvo al margen de sus empresas y negocios, pues desconfiaba de él, pasó a ser el presidente de institución universitaria. En adelante se desencadenaron una serie de maniobras con las que terminó apropiándose de la universidad y expulsando a la verdadera dueña, María Paula Linares.

Precisamente, este es el punto de partida de las denuncias y quejas que fueron puestas en conocimiento del ministerio de Educación y que derivaron en una visita de la Subdirección de Inspección y Vigilancia, el pasado 9 de febrero.

Con unos antecedentes societarios. La Asamblea General de la Uninpahu estaba integrada hasta la muerte de Linares Ángel por cuatro personas jurídicas: Servicios Martín S.A.S, Servicios Carmen S.A.S, Servicios Martín SAS y Manuela Inversiones SAS.

Foto: Luis Hernán Linares Ángel, fundador de la Fundación Universitaria para el Desarrollo Humano Uninpahu y la Fundación Universitaria Los Libertadores

Luego, con el documento mediante el cual en 2017 Juan Manuel Linares hermano de María Paula cedió el 100% de las acciones que tenía su padre en estas cuatro sociedades y que integraban la Asamblea General y ella hiciera lo propio con Los Libertadores, el tema cambió.

Para el 15 de marzo de 2019, la asamblea la conformaban los votos de María Paula Linares, y Juan Luís Velasco como miembros principales y como suplentes aparecían sus dos hijas.

Así mismo, tres personas jurídicas, Servicios San Pedro SAS y Squaw Didáctica representadas legalmente por María Paula Linares y Técnicos Empresariales representada por Juan Luis Velasco.

En declaraciones entregadas por la hija de Linares Ángel que reposan en expedientes judiciales, aseguró que cada vez que su entonces esposo necesitaba una firma para afectar de alguna manera la universidad, días antes incrementaba el maltrato y la agresión.

Con otro detalle, el 31 de octubre de 2019, Juan Luis Velasco constituyó dos sociedades; Asesorías Integrales Legalnet SAS y Servicios para la Innovación Educativa SAS.

Un mes después, estas dos empresas representadas legalmente por Velasco entraron a reemplazar a Servicios San Pedro SAS y Squaw Didáctica, ambas representadas por María Paula Linares. De esta manera, Velasco quedó con tres votos en la Asamblea, mientras que ella, la hija del fundador, Hernan Linares apenas con dos.

El cambio accionario, según el expediente que reposa en la Fiscalía, Velasco lo logró con golpes, maltrato, insultos y amenazas. “Yo decidí aceptar dichos cambios no porque Juan Luis tuviera más experiencia en temas administrativos si no por el temor que le tenía como consecuencia de la violencia a la que me sometió durante años de matrimonio”, le contó María Paula al ente acusador y lo reiteró en entrevista con la Agencia de Periodismo Investigativo, API que denunció este caso el pasado 27 de marzo.

Para entender la gravedad del relato de María Paula y la trascendencia de lo resuelto por el Ministerio de Educación, es necesario sumergirse en el relato de la mujer. Indicó que Velasco la golpeaba, la escupía, la arrastraba por el suelo, le mojaba los alimentos para impedir que comiera, le gritaba que ella solo servía para cagar y graznar. Adicionalmente, usaba toda clase de improperios, “que era una bruta, una puta y una borracha”.

Señalamientos que fueron mermando su autoestima y confianza y que, como lo señaló el Instituto de Medicina Legal, en una valoración psiquiátrica realizada a la mujer y en poder de esta Agencia, ya estaba afectada por el secuestro.

Sobrevino luego la pandemia de Covid-19 que agravó la situación de Linares y sus hijas en la convivencia diaria, quienes no se refieren a Velasco como su padre, si no como “ese señor”.

En comunicaciones telefónicas, la hija mayor de la pareja le suplicó entre lágrimas a su padre Juan Luis Velasco que se fuera de la casa, que eran años de violencia y que desde su cuarto escuchaban como gritaba y golpeaba a su madre. Velasco se negaba asegurando que esa también era su casa.

Días después, el 20 de mayo de 2020 en medio de uno de los tantos episodios de maltrato Velasco le gritó a su esposa, “yo le robé y ni se dio cuenta”. Esa frase selló sus decisiones. Animada por sus propias hijas decidió denunciar 21 años de violencia y sometimiento.

Pero su decisión produjo efectos. El entonces rector de Uninpahu, Diego Buitrago, promocionado por Velasco, le informó mediante un correo electrónico que habían iniciado un proceso disciplinario en su contra. Entonces le entregaron las cesantías, le cancelaron la gasolina que le pagaban de su carro, las tarjetas sodexo para el mercado y todo aquello que había sido asignado por su padre en los veinte años que ella trabajó en la universidad.

El 8 de marzo de 2021, Uninpahu respondió una queja que interpuso María Paula por acoso laboral, negando cualquier conducta. Una semana después se realizó una nueva Asamblea General de Uninpahu, en dicha sesión, Rodrigo Velasco Mosquera, hermano de Juan Luis, ingresó a hacer parte de la misma. A pesar de la oposición de María Paula Linares y su abogado, perdieron. Él tenía tenía tres votos y ella dos.

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