Andres Izarra desde mi esquina

Hoy es 12 de abril de 2011. Ayer fue el noveno aniversario del fatídico «golpe de estado» del 11 de abril del 2002. Andres Izarra, multi ministro chavista, conocido como la hiena desde que se desternillase de la risa en CNN con las cifras de muertes violentas en Venezuela, se quejó de un supuesto «silencio mediático», el cual calificó de «indignante como fue 9 años atrás…» Uno se imagina que la hiena se referiría a que ni los medios de comunicación independientes que quedan en Venezuela, ni los foráneos, se han hecho eco del intento revisionista que el comandante presidente Hugo Chavez quiere diseminar al respecto de los sucesos del 11 de abril. En cualquier caso, merece la pena revisar las declaraciones de este degenerado funcionario público chavista (excusas por lo redundante).

En abril del 2002 Izarra todavia no había salido del closet chavista. De hecho, si la memoria no me falla, en aquel entonces trabajaba para RCTV, como gerente de producción. Los sucesos de abril sin embargo, movieron a Izarra a dizque renunciar a su cargo en RCTV y devenir en una suerte de Goebbels chavista. Izarra, sin ser periodista ni contar con credenciales académicas que lo avalen para ejercer eficientemente cargos de responsabilidad, hizo sus pinitos revolucionarios en la embajada de Venezuela en Washington, donde montó una oficina de propaganda (conocida como Venezuela Information Office), contratando para tales fines a agentes como Eva Golinger. De allí regresó a Venezuela, donde su  conducta pusilánime y servil le ha garantizado, como a tantos otros multi ministros inutiles, una carrera meteórica dentro del chavismo, donde el requisito sine qua non es la sumisión absoluta a la «infalibilidad suprema» de Hugo Chavez.

En los últimos años, Izarra le ha obsequiado al mundo varias declaraciones que demuestran, mas allá de toda duda, el carácter autoritario y dictatorial del proyecto de Chavez, y la profunda ignorancia y fanatismo de sus voceros. Un ejemplo clásico fue la afirmación, sin ningún tipo de compunción, de «la necesidad de crear una hegemonía comunicacional, pero desde el concepto gramsciano (hegemonía de la libertad y la pluralidad).» La ignorancia de Izarra es tal que el bicho ni se inmuta al incluir en la misma frase a Gramsci, la libertad y la pluralidad. Es evidente que este soldadito no se ha leido un libro del comunista italiano en su puta vida. Es más, tan convencido está de la necesidad de tal proyecto hegemónico, y de la palatabilidad del mismo, que lo repite a cada rato. Quizas con experiencias similares en el exilio, o en la carcel, pueda aprender algo sobre hegemonia comunicacional…


Andres Izarra (de rojo) posa orgulloso con
el dictador Fidel Castro.

Este periodista -sin titulo- nos ha regalado también ejemplos de cómo no hacer periodismo. Con algunos colegas chavistas, por ende deficientes e igualmente serviles, Izarra fue ridiculizado, para la historia, nada menos que por Fidel Castro. Pero la cosa no queda ahí. Lo bueno del chavismo es que es una fuente de la que manan inagotablemente ejemplos de la estupidez de un grupo de gente que ha decidido, individual y colectivamente, renunciar a su libre albedrío y convertirse en accesorios de un régimen castrador de libertades, sin demostrar la más mínima preocupación por las consecuencias legales que sus acciones tendrán en el futuro. En este sentido, no viene al caso traer a colación diferencias ideológicas entre socialismo y capitalismo, izquierda y derecha, etc. No. La distinción que aplica es más mundana: ¿creen los chavistas en la pluralidad, o en la hegemonía? ¿Cree Izarra en los derechos políticos de quienes se oponen a su líder, o no? Ultimadamente, ¿cree Izarra que el estado debe permitir la libertad de expresión, o no?

Hoy, Izarra nos ha regalado otro ejemplo de lo que cree. Ha reiterado que «la comunicación es una de las principales tareas políticas que tiene hoy en dia la revolución bolivariana», añadiendo que «falta más dinero», para concluir exitosamente el proyecto hegemónico gramsciano que tienen en mente. Hay que ser, como dicen por ahí, bien conchudo para decir que hace falta más dinero, cuando el caudillo venezolano ha despilfarrado más de 2 billones de dólares desde 1999, y aun no se ha logrado el «objetivo.» Lo gratificante de las afirmaciones de Izarra, es que, su ignorancia absoluta, desnuda las intenciones reales de su líder. Izarra es un Goebbels chavista, es decir a la inversa: en lugar de apuntalar al chavismo cada vez que da una declaración publica lo que hace es hundir más, desprestigiar más al régimen que representa, someterlo más -si es que eso es posible- al escarnio publico mundial, y por ello, todos debemos estar agradecidos.

Tomado de Andres Izarra desde mi esquina