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Si bien el control de precios aplicado por Hugo Chávez no ha logrado el objetivo y en ocho años de vigencia la inflación acumula un salto de 431%, a diferencia de lo ocurrido durante los gobiernos de Rafael Caldera y Jaime Lusinchi, el colapso total, ese que no deja más salida que desmontar el control, no ha llegado.
Durante los gobiernos de Jaime Lusinchi y Rafael Caldera, el control de precios desestimuló la oferta de los productos regulados propiciando una escasez que obligó a importar masivamente hasta que la caída de las reservas internacionales forzó a levantar la medida con un alto costo para la población.
Al desmontarse el control impuesto por Jaime Lusinchi la inflación represada apareció en toda su magnitud y los precios se dispararon 81% en 1989. En 1996 Rafael Caldera eliminó el control de precios que él mismo había instaurado en 1994. La inflación fue de 103%. ¿Por qué no ha ocurrido lo mismo en esta oportunidad?
Efraín Velásquez, presidente del Consejo Nacional de Economía, no duda en señalar que el incremento de los precios del petróleo y una política donde se sacrifica al sector privado evitan la crisis final.
El brillo del petróleo se traduce en un ingreso de petrodólares que permite importar masivamente y «a diferencia del pasado las autoridades evitan que las reservas internacionales caigan a un punto crítico retrasando la entrega de dólares al sector privado, así se aleja la posibilidad de una crisis de balanza de pagos pero se golpea la oferta», añade Velásquez.
Para ilustrar la dependencia de las importaciones basta con observar que las cifras del BCV señalan que en términos reales las compras al exterior se han duplicado en los últimos diez años.
La permanencia del control de precios, junto a la política de estatizaciones, que aleja la inversión y el déficit de energía eléctrica crean un cuadro donde, explica Efraín Velásquez, el país se mantendrá en un esquema de alta inflación, bajo crecimiento y pocos avances en el bienestar.
«Aunque el alza del precio del petróleo permita aumentar el gasto el freno a la oferta es grande y es verdad que habrá crecimiento en el primer trimestre pero en comparación con el primer trimestre de 2010 cuando la economía cayó 4,8%, el país no va a regresar a las tasas de crecimiento que alcanzó entre 2004 y 2008», resalta Efraín Velásquez.
Añade que la renta petrolera evita el colapso pero ya no es suficiente para crear alto crecimiento y «este es el peor escenario para la sociedad, no colapsas, la política se alarga en el tiempo y no obtienes el crecimiento que necesitas para generar bienestar y desarrollo».
En su informe sobre la economía global, fechado el 22 de marzo, Barclays Capital contrasta el crecimiento obtenido entre 1999-2010 por los países de América Latina y la OPEP, desnudando que a pesar de los altos ingresos, Venezuela tiene un desempeño mediocre en los últimos doce años.
Las estadísticas señalan que en promedio, los miembros de la OPEP, excluyendo Irak, crecen 6,1% al año en este período y los países latinoamericanos que acompañan a Venezuela en el grupo de las economías de mayor tamaño en América Latina, (Brasil, Argentina, México, Colombia y Perú) 3,4%.
En contraste, Venezuela sólo alcanza un crecimiento promedio anual de 2,3% a pesar de que el precio del petróleo se disparó y el barril le inyectó a las arcas del Gobierno 529 mil millones de dólares.
Al evaluar por qué los gobiernos venezolanos han recurrido continuamente a la política de controles Efraín Velásquez señala que «se utiliza el gasto del Gobierno para impulsar el crecimiento de la economía y entonces la demanda crece mucho más que la oferta generando inflación, entonces se recurre al control de precios con la ilusión de que de esta manera se acaba con la inflación».
«De cara al futuro hay que tener claro que necesitamos una estrategia que apoye la oferta con estímulo a la inversión, a mecanismos que incrementen la productividad e implementen nueva tecnologías», recomienda Efraín Velásquez, según reportó el diario El Universal.
Tomado de Altos precios del petróleo extienden vida del control de precios