La alianza estratégica entre Gustavo Petro y Maduro no es un fenómeno aislado, sino la culminación de un proyecto de largo aliento que involucra a la izquierda, a potencias globales, a ideologías religiosas mutadas y a una estructura criminal transnacional que desafía la soberanía de los Estados tradicionales.
La advertencia la formuló el profesor, Fernando Vargas Quemba, director del Comité de Víctimas de las FARC en conversación con Venezuela Política y Sin Filtros, en la que alertó del peligro de la expansión de la corporación criminal transnacional, la captura del Estado y la guerra híbrida que se desarrolla en la región.
Considera que la región andina y el Cono Sur enfrentan un cambio de paradigma institucional en el que puntualizó en la compleja alianza estratégica entre Petro y Maduro sustentada en los vínculos históricos del mandatario colombiano con el chavismo. Agregó que diversos grupos guerrilleros y redes criminales operan en la región con repercusión en la estabilidad política, todo bajo el amparo de ideologías de izquierda.
Advirtió sobre los riesgos que enfrentan las instituciones democráticas ante la expansión de modelos autoritarios y el control territorial por parte de mafias transnacionales.
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Venezuela y Colombia: un eje geopolítico en crisis
El panorama geopolítico muestra que el eje binacional entre Venezuela y Colombia, se encuentra en un punto de inflexión decisivo, pues la alianza estratégica entre Petro y Maduro es innegable y de larga data. Y es que a juicio de Fernando Vargas Quemba, el destino de Gustavo Petro y el régimen chavista, ahora representado por Nicolás Maduro, está intrínsecamente ligado.
Vargas Quemba refirió que, a nivel internacional, existe un cerco de protección en torno al régimen de Maduro el cual está liderado por actores como Lula da Silva, Rusia y China, los cuales se oponen a las presiones de Estados Unidos y enmarcan cualquier intervención como una catástrofe humanitaria.
Advirtió que Colombia enfrenta una amenaza existencial por la posible consolidación de un modelo socialista autoritario, pues la izquierda logró una penetración profunda en instituciones clave como la academia, los medios y los partidos políticos tradicionales durante décadas.
En este contexto, Iván Cepeda, miembro de alto rango del Partido Comunista, emerge como un candidato presidencial con altas probabilidades de éxito, a lo que contribuye la oposición colombiana dividida, así como la ausencia de un partido de derecha consolidado.
Así mismo, puntualizó que existen dos actores a menudo ignorados, pero que son fundamentales en la desestabilización regional: Cuba, la «cabeza de la corporación criminal» y el motor ideológico del castrismo; y la Teología de la Liberación, descrita como una poderosa herramienta de infiltración comunista dentro de la Iglesia Católica y cristiana en América Latina. Tal circunstancia sirve a la causa revolucionaria más que los propios frentes guerrilleros.
Alianza estratégica entre Petro y Maduro: un hecho innegable
Pese a que los últimos días Gustavo Petro insiste en negar su relación con Nicolás Maduro en razón de las acciones de Estados Unidos en el Caribe y, particularmente, en las costas venezolanas, Fernando Vargas Quemba califica tal negación como «una tontería absoluta», toda vez que su conexión es profunda, histórica y estratégica.
En tal sentido, Vargas Quemba, destacó:
Vínculos históricos: la relación data de la década de 1990, cuando Hugo Chávez, recién salido de la cárcel, fue investigado en Colombia por nexos clandestinos con el ELN. Fue Gustavo Petro quien presuntamente lo recibió, lo alojó en su casa y le proporcionó un abogado para asistir a la fiscalía.
Destino entrelazado: la supervivencia política de ambos líderes se considera mutuamente dependiente. Petro es consciente de que «si se hunde Maduro se hunde él. Él va en el mismo barco de Maduro. Pero si Maduro flota, él flota también».
Irrespeto a la política exterior: Petro ha sido «irrespetuoso gravemente» con el gobierno de Estados Unidos y otros presidentes de la región que no se alinean con su ideología, como Javier Milei de Argentina y el presidente de Ecuador. Esta actitud se enmarca dentro de su militancia en el «foro de Sao Pablo» y la «alianza internacionalista castrista».
Venezuela en el tablero geopolítico global
La situación de Venezuela también fue objeto de análisis en la conversación de Fernando Vargas Quema, Venezuela Política y Sin Filtros, estableciéndose la misma no es un problema local, sino el punto focal de la confrontación entre potencias globales y un conflicto que escaló hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Cerco a Estados Unidos: una coalición de actores internacionales que activamente defienden al régimen de Maduro y buscan cercar las acciones de la administración de Donald Trump.
Luiz Inacio “Lula” da Silva: cocreador del Foro de Sao Paulo junto a Fidel Castro, retomó un papel protagónico. En la cumbre del Mercosur, calificó una posible intervención estadounidense en Venezuela como una «catástrofe humanitaria para el hemisferio y un precedente muy peligroso para el mundo».
Rusia, China y los BRICS: principales aliados de Maduro. Su defensa se interpreta como una protección de sus propios espacios e intereses estratégicos en la región, puesto que consideran a Venezuela como parte de sus «operaciones estratégicas».
Grupos demócratas en EE. UU.: sectores del Partido Demócrata de EE. UU. también se oponen a las políticas de Trump hacia Venezuela, lo que contribuye al cerco internacional.
Motivación económica: la oposición a la caída del chavismo se debe a que Venezuela funciona como la «caja menor» de la izquierda internacional. Los petrodólares venezolanos financiaron campañas y gobiernos de izquierda en Colombia, Argentina, Centroamérica e, incluso, en países como España, Siria y Libia.
Guerra infinita: el conflicto en Venezuela se enmarca en un concepto de guerra infinita, una guerra que nunca se acaba. China y Rusia utilizan a sus aliados regionales para abrir múltiples frentes (Venezuela, Ucrania, Taiwán) con el objetivo de agotar la capacidad de respuesta de Estados Unidos y avanzar en su agenda contra Occidente.
Encrucijada de Colombia: la amenaza de una «revolución» comunista
Fernando Vargas Quemba alerta que Colombia lleva más de 40 años defendiéndose de una toma del poder por parte del comunismo y refiere que, en la actualidad, el riesgo es inminente. Tal situación es el resultado de una estrategia de largo plazo de penetración ideológica y la falta de una contraparte política efectiva.
Penetración ideológica de las instituciones
En la academia: la izquierda ha penetró completamente el sistema educativo. Fecode, la federación de profesores públicos, actúa como un brazo político, al donar 500 millones de pesos a la campaña de Gustavo Petro. Esta influencia se extiende a universidades de élite como la Javeriana y los Andes, donde tiene lugar el adoctrinamiento del estudiantado, un «lavado de cerebro y un trasborde ideológico inadvertido» a los hijos de la clase empresarial.
En los medios de comunicación: los medios están «permeados completamente» y es muy raro encontrar un periodista que se distancie públicamente de la izquierda.
En los partidos políticos: la izquierda está «hace rato empoderada» del Partido Liberal y el Partido Conservador. De los 32 partidos legales en Colombia, se estima que 31 son de izquierda.
Iván Cepeda y la ausencia de una oposición de derecha
Iván Cepeda es posible candidato a la presidencia y quien planea llevar a cabo una «revolución en Colombia». Es miembro de alta jerarquía del Partido Comunista y, al igual que su padre, Manuel Cepeda, quien fue fundador de las FARC.
Por ello, Vargas Quemba sostiene que tiene una «autoridad sobrada» sobre los grupos guerrilleros, al tiempo que formuló algunos hechos significativos:
Inexistencia de la derecha política: Vargas es categórico al afirmar que «en Colombia no hay un partido de derecha».
El Centro Democrático: El partido de Álvaro Uribe es calificado como un partido de centro «lleno de gente de izquierda» y del M-19 en su cúpula. La derecha del partido se encuentra en sus bases, pero estas no son escuchadas.
El rol de Uribe: Fernando Vargas Quemba recordó que Álvaro Uribe, como senador en 1993, fue clave para pasar una ley de «reindulto» al M-19, lo que cerró un proceso judicial por terrorismo y crímenes de lesa humanidad relacionados con la toma del Palacio de Justicia.
María Fernanda Cabal: es una de las pocas voces abiertamente de derecha, quien libra una «batalla ideológica» que ya se extiende por más de 10 años. Sin embargo, Vargas advirtió que ella está «en el lugar equivocado», dentro de un partido cuya cúpula no representa sus ideas.
Panorama electoral reciente en Colombia
Fernando Vargas Quemba citó una encuesta de la firma Atlas que refleja un escenario político polarizado, con una competencia cerrada entre los dos principales candidatos.
CandidatoIntención de voto (%)Afiliación/DescripciónAbelardo de la Espriella39.8 %Abogado reconocido, cercano a Uribe.Iván Cepeda38.5 %Pacto Histórico, comunista.Sergio Fajardo8.2 %Centro-izquierda.Juan Carlos Pinzón2.0 %Exministro de Defensa de Juan Manuel Santos.Vicky Dávila1.3 %Periodista.Germán Vargas Lleras1.1 %Líder político tradicional.Otros< 1.0 %Incluye a Claudia López, Roy Barreras, Paloma Valencia.
Vargas Quemba advirtió que esta encuesta no refleja el voto de las regiones controladas por los cinco grandes grupos armados ilegales, cuya votación «seguramente irá para Iván Cepeda».
Actores ocultos y motores ideológicos
Fernando Vargas Quemba destacó la existencia de dos fuerzas determinantes en el conflicto regional que suelen ser ignoradas en los análisis convencionales.
Cuba: cerebro de la corporación criminal
Rol central: Cuba es «la cabeza del Cartel de los Soles» y «la cabeza de la corporación criminal en la región». Es el «motor desestabilizador comunista en América Latina».
Silencio internacional: alerta sobre la incomprensión sobre por qué Estados Unidos no apunta directamente a Cuba. Vargas especula que pudiera ser a causa de un pacto de no agresión que data de la crisis de los misiles, cuya vigencia actual es cuestionada.
Poder militar y de seguridad: Vargas subrayó que Cuba posee un «ejército muy poderoso» y esquemas de seguridad «preparadísimos» que son los que protegen a figuras como Maduro y Petro.
Teología de la liberación: motor revolucionario en la Iglesia
Fernando Vargas Quemba formuló una serie de consideraciones acerca de la teología de la liberación y influencia en este proceso:
Influencia tenebrosa: es «el motor revolucionario comunista y procomunista más tenebroso» que afecta a los pueblos católicos y cristianos de América Latina, lo cual cuenta con el «silencio y beneplácito del Vaticano».
Orígenes y efectividad: fue una «idea estalinista» creada en la Cortina de Hierro. Vargas citó a Fidel Castro y refirió que esta teología «ha servido a la revolución más que 500 frentes guerrilleros», debido a la capacidad de los sacerdotes para influir en las comunidades.
Ejemplos: mencionó casos de «curas guerrilleros» en Colombia, como el cura Pérez, comandante español del ELN, y vinculó al obispo de Chiapas como el verdadero comandante del Ejército Zapatista en México.
Mutación del crimen organizado y la pérdida de territorio estatal
Finalmente, Fernando Vargas Quemba reflexionó sobre la naturaleza evolutiva de los grupos criminales y la creciente incapacidad de los Estados para controlar su propio territorio, un fenómeno visible en toda la región.
Orígenes ideológicos cruzados: desmitifica la idea de una clara división ideológica en los grupos armados. El Clan del Golfo, por ejemplo, calificado como organización terrorista por EE. UU., no es de derecha, sino que «proviene del EPL», un grupo guerrillero de izquierda.
Modelo de mutación: el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en México es un claro ejemplo, pues no fue derrotado, sino que «mutó de la insurgencia armada y pasó a una experiencia de autonomía indígena». Este podría ser el futuro del Cartel de los Soles en Venezuela si sus cabezas visibles (Maduro, Cabello) son removidas.
Pérdida de soberanía: el Estado colombiano, al igual que el venezolano, ecuatoriano y mexicano, está perdiendo el control de vastas porciones de su territorio a manos de corporaciones criminales transnacionales, creando «modelos híbridos» de gobernanza de facto.
Vea en Sin Filtros “Venezuela y Colombia en la encrucijada de la guerra: crimen, socialismo y el silencio sobre Cuba”: