Se confirma nuestra especie de la semana pasada del distanciamiento entre el presidente Chávez y el presidente de PDVSA, Alí Rodríguez. Un distanciamiento que arrancó desde el momento en que Rodríguez no se hizo parte del grupo del polémico gerente, Gustavo Pérez Issa, y desde el momento en que Rodríguez no presionó ni sancionó a los empleados de la petrolera que marcharon o que acataron la convocatoria al paro cívico. Ahora, los últimos hechos, incluyendo la intervención de la PM, han obligado a Alí Rodríguez a criticar las actuaciones del Gobierno y del Presidente. Se marca así una distancia que luce insalvable.