Álex Saab se benefició de la información secreta que le vendieron agentes de la DEA, según el exparamilitar Jorge Hernández Villazón, alias Boliche

Un escándalo de corrupción sacude a la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), que durante años persiguió al empresario colombiano Álex Saab, acusado de lavar millones de dólares. SEMANA reveló cómo dos agentes de la DEA vendieron información confidencial a los abogados de Saab, poniendo en riesgo la investigación y la seguridad de testigos y fuentes. El exparamilitar alias Boliche fue el encargado de delatarlos.

Los secretos de la DEA al mejor postor

Álex Saab, quien se encuentra detenido en Estados Unidos desde noviembre de 2020, después de pasar 16 meses en Cabo Verde, África, esperando su extradición, tenía una carta bajo la manga para negociar con la justicia de ese país. Se trataba de información privilegiada que le había sido filtrada por un agente de la DEA, la misma entidad que lo había rastreado y capturado por sus negocios ilícitos con el gobierno venezolano.

El agente en cuestión era John Constanzo Jr., un veterano de la DEA que había trabajado en varios casos de alto perfil. Constanzo recibió 74.000 dólares por vender su alma y traicionar a la agencia, entregando datos clave a un grupo de abogados que representaban a Saab y que querían tener ventaja en el juicio que se adelanta en la corte de Florida.

Entre los abogados se encontraba Manny Recio, el exjefe de Constanzo, quien había dejado la DEA en 2018 para dedicarse a buscar clientes en círculos exclusivos de Miami y Florida. Recio se asoció con Luis Guerra y David Marcey, dos reconocidos letrados, y se presentó como investigador privado para defender a Saab y sus turbios negocios.

La información que valía oro

La información que Constanzo filtró a Recio era tan valiosa que le permitiría a Saab conocer todas las cartas de la fiscalía y así preparar su defensa. Entre los datos que reveló estaba la fecha exacta de la acusación que se presentaría en 2019 contra Saab, quien ya tenía una orden de captura en su contra por desviar 350 millones de dólares que le había entregado el Gobierno de Venezuela para programas sociales como los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), que en realidad fueron una fachada para enriquecerse a costa de la crisis humanitaria y alimentaria de Venezuela.

Constanzo también habría entregado información sobre testigos protegidos y fuentes humanas que participaron en el operativo contra Saab, uno de los más grandes llevados a cabo en la última década. Así mismo, habría revelado evidencia que comprometía a políticos y empresarios de Venezuela, Colombia y República Dominicana, que tenían nexos con el contratista del régimen venezolano.

Esta información era tan sensible que las autoridades de Estados Unidos la habían mantenido bajo estricta reserva, debido a los poderosos intereses que rodeaban el caso de Saab, en especial el del propio Maduro, quien lo considera su “agente especial”. Por eso, los abogados de Saab no dudaron en pagar lo que fuera necesario para obtenerla y así seguir los pasos del consentido de Maduro, que siempre ha sabido esquivar a la justicia.

La caída de los traidores

La filtración de la información fue descubierta gracias a la grabación que hizo Jorge Luis Hernández Villazón, alias Boliche, un narcotraficante y exparamilitar colombiano que tenía contactos con Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, jefes de las AUC. Boliche se había convertido en informante del FBI y de la DEA a cambio de protección, y fue él quien recibió la información secreta y clasificada de Constanzo.

El periodista colombiano Gonzalo Guillén ha recordado una fotografía en la que alias “Boliche”, primo del fallecido narcotraficante José Guillermo Hernández Aponte, más conocido como “Ñeñe” Hernández; aparece junto al abogado Abelardo de la Espriella, quien ha defendido en Colombia a varios políticos y empresarios involucrados en escándalos judiciales. La imagen fue tomada en una oficina del abogado en Miami. En la misma foto también se ve al exfutbolista paraguayo José Luis Chilavert, cuya relación con los demás no ha sido aclarada.

El narcotraficante convicto Jorge Luis Hernández, alias Boliche (cuarto a la derecha y primo hermano del extinto narco-asesino Ñeñe Hernández) se reventó y será testigo de cargo en EEUU contra Alex Saab. Foto tomada en Miami. pic.twitter.com/aQZpdQAYuW

— Gonzalo Guillén (@HELIODOPTERO) April 4, 2021

El afamado jurista de Montería Abelardo de la Espriella (de pie) en una de sus varias elegantes oficinas, el narcotraficante convicto Jorge Luis Hernández Villazón, alias “Boliche” (camisa rosada y primo hermano de Ñeñe Hernández). De negro, el futbolista José Luis Chilaverte pic.twitter.com/w13cHdBCJ6

— Gonzalo Guillén (@HELIODOPTERO) July 5, 2020

No se conoce la identidad de la persona que aparece al lado izquierdo de la fotografía revelada por Guillén, aunque algunas especulaciones indican que pudiera tratarse de alguien relacionado con el narcotráfico y/o el blanqueo.

Boliche, que había sido mencionado varias veces en el expediente contra Saab y que jugaba a dos bandas, se habría prestado para ayudar a los abogados a buscar personas interesadas en conocer de antemano la información del expediente Saab, diciendo que desde hace décadas tenía contactos cercanos con el empresario. No era la primera vez que hacía esto. En 2019 se supo que Boliche había sido clave para ampliar las acusaciones contra Saab y para la condena contra Bruce Bagley, un renombrado profesor de la Universidad de Miami, que usó sus cuentas bancarias para mover el dinero de Saab, del cual Boliche era el principal beneficiario.

Recio y Constanzo fueron acusados por graves cargos de soborno y fraude electrónico, y enfrentan una posible condena por su falta de ética y su acto de traición a la DEA. El fiscal que lleva el caso dijo que “a Recio y Constanzo les importaba tanto el dinero que pusieron en riesgo a personas y a investigaciones” y que “Recio sabía quién vendería los secretos de la DEA a cambio de dinero en efectivo”. Para evitar ser detectados, usaron teléfonos desechables y borraron todos los archivos de comunicaciones, pero no lograron escapar de la justicia.

 

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Tomado de Álex Saab se benefició de la información secreta que le vendieron agentes de la DEA, según el exparamilitar Jorge Hernández Villazón, alias Boliche

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