¿Recuerdan los lectores a Adam Kaufmann? ¿El exfiscal de la Oficina del Fiscal de Distrito de Nueva York y abogado de Derwick Associates, quien declaró oficialmente, nada menos que en el Wall Street Journal, que dijo: «Somos una empresa transparente y no tenemos nada que ocultar»? Bueno, la vindicación es una perra, ¿no es Adam? Resulta que alguien filtró documentos directamente desde la oficina de Derwick Associates en Caracas, y ¿qué encontramos sobre esta «empresa transparente»? Encontramos una orden de compra de $277 millones de BARIVEN (una subsidiaria de PDVSA), dirigida a Pedro Trebbau (uno de los ejecutivos principales de Derwick Associates) por un grupo de turbinas. También encontramos un «Acuerdo de compra de equipo» de $207 millones entre Alejandro Betancourt (otro de los ejecutivos de Derwick Associates) y Jeff Canon de Energy Parts Solution (una división de ProEnergy Services). ¿Qué más encontramos? Encontramos que ambos documentos se refieren al mismo equipo y tienen la misma fecha: 30 de diciembre de 2009. Lo que significa, en palabras del propio Kaufmann, es «transparente» que en transacciones concurrentes que tuvieron lugar el mismo día, Derwick Associates robó $70 millones de BARIVEN. ¡Llévatelo, Adam, hasta el descubrimiento, compañero!
ACTUALIZACIÓN: en mi bandeja de entrada esta mañana un enlace a un artículo (en español) sobre otro acuerdo de $ 66 millones entre Jeff Canon’s Energy Parts Solution y CORPOELEC, donde se establece, de manera transparente, cómo la compañía de Canon pagó $ 9.3 millones en comisiones a Omar Petit ($1.3 millones) y Khaled ($8 millones). Los lectores de mis blogs desde hace mucho tiempo tal vez recordarán quién puede ser ese Khaled. Pero el punto interesante es el registro de ese pago de soborno en el resumen de precios proporcionado por Energy Parts Solution de Canon (ver más abajo). ¿Cómo justificará/explicará Jeff Canon a las autoridades de EE. UU. que actualmente investigan esos pagos en su empresa ProEnergy? Además, si la evidencia del pago de sobornos ya ha surgido en un acuerdo diferente, ¿quién puede creer que Canon, y/o Betancourt, y/o Trebbau, y/o algún otro socio en su lugar, no incurrió exactamente en el mismo práctica de pagar sobornos a funcionarios venezolanos para obtener contratos sin licitación? Derwick alega en su defensa en varios juicios que todas las contrataciones realizadas con el Estado venezolano fueron limpias, abiertas, públicas y legítimas, a pesar de que no existe prueba alguna que respalde tal afirmación. Derwick bien podría haber sido contratado bajo circunstancias especiales (decreto de emergencia), que permiten a los funcionarios otorgar contratos directamente, sin mucho ruido. Pero si ese fuera el caso, la pregunta -considerando la absoluta falta de un historial verificable de Derwick- es: si no a través del nepotismo y el pago de sobornos, ¿cómo es que se les otorgaron directamente 12 contratos por valor de miles de millones?