Cómo Julio Herrera Velutini figura en fraudes financieros venezolanos


Julio Herrera Velutini es un banquero internacional educado en importantes instituciones de Suiza y en la Universidad Central de Venezuela, de la que se graduó.

Con más años de experiencia bancaria, Herrera Velutini fue parte de una generación de banqueros que se formaron en la Bolsa de Valores de Caracas, a finales de los ochenta y principio de los noventa, con la firma Multinvest Casa de Bolsa, de la cual fue miembro de la junta directiva hasta el año 1998, donde luego fue parte de la directiva de Inversiones Transbanca, siendo uno de sus principales accionistas. De igual modo, fue presidente ejecutivo Kia Motors de Venezuela, BMW de Venezuela, BBO Servicios Financieros, Transporte de Valores Bancarios de Venezuela, Bolívar Banco Universal, Banco Activo Banco Comercial y Banco Desarrollo del Microempresario, reseñó en 2018 El Cooperante.

En 2006, junto al tren ejecutivo financiero de Transbanca y sus socios, adquiere el control de las empresas Banco Real y Banreal International Bank, recuperando así lo que en su momento fue la sociedad familiar En 2008 creó el Bancrédito International Bank, Corporation, la fundación Bancrédito y Bancrédito Financial Services, instituciones. Creó el Banco Nacional del Crédito.

Su familia es de gran influencia en Venezuela y sobre todo en la banca, dos de los que fueron los más importantes de la nación, Banco Caracas y el Banco de Venezuela.

En el grupo de empresas de la familia, Bernardo Velutitni, su primo, era el accionista mayoritario y quien vendió Bolívar Banco a Eligio Cedeño. Herrera era socio y director de Bolívar Banco y cuando éste fue vendido, decidió comprarle a su primo el Banco del Desarrollo del Microempresario, y en asociación con Emilio Antelo lo rebautizó como Banco Real y en una negociación en 2009 adquiere Helm Bank.

En procesos de compra y venta de instituciones financieras, Julio Herrera tenía planes de comprarle a José María Nogueroles, el Banco Nacional de Crédito (BNC), luego que éste le había comprado el Banco Caracas a su familia en 1998. La idea era fusionar el BNC con el Helm Bank y crear Banco Continental, cuya negociación se estaba haciendo a través de la empresa española Fondo Financiero Continental. Sin embargo, fue en vano. Los supuestos negocios con Arné Chacón terminaron salpicándole con la toma de Helm Bank por Fogade y también con una investigación de la Superintendencia de Seguros por un contrato de fideicomiso entre Helm Bank y Seguros Banvalor.

Fue entonces cuando la Sudeban intervino a puerta cerrada el Banco Real y ordenó su liquidación. La intervención estuvo enmarcada en la crisis financiera de finales de 2009 en la que fueron tomados Bolívar Banco, Confederado, Banpro, Banco Canarias; en una primera tanda, dos semanas después les tocó el turno a Banco Real, Baninvest y Banco Central. Los primeros cuatro, vinculados a Ricardo Fernández Berrueco, empresario que mantuvo negocios en el sector alimentario con el Gobierno. Supuestamente fueron intervenidos por no poder justificar el origen de los fondos y los tres últimos por inconsistencias en sus reportes relacionados con una brecha negativa entre activos liquidables y pagos exigibles, de acuerdo con información de Noticias Candela.

Luego, Herrera fue citado de inmediato por la Fiscalía General de la República, pero salió del país e incluido en una lista roja de la Interpol, pero al poco tiempo fue excluido porque la investigación que había abierto el Gobierno en su contra era según alegó, de «índole político». Desde el exilio, Herrera Velutini logró que Fogade le devolviera los 40 millones de dólares correspondientes a sus acciones en Helm Bank, tras una apelación interpuesta.

Se dice que sigue teniendo nexos financieros rentables con Venezuela.

La mayoría de las instituciones bancarias intervenidas entre finales de 2009 y principios de 2011 dentro de la mal denominada mini crisis financierautilizaba casas de bolsa y sociedades de corretaje de títulos valores para las operaciones ilegales con las que se apoderaron de millones de dólares de las arcas públicas. Algunas fueron adquiridas por nuevos propietarios y otras se hicieron disponibles a través de alianzas, pero todas estaban dirigidas a ejecutar el suculento negocio del diferencial cambiario. Según la investigación de los Panama Papers, durante la intervención se detectaron varios fideicomisos de inversión que se crearon para ocultar las fuentes y el uso de los fondos del Estado, desviados posteriormente a paraísos fiscales a través de complejas y lóbregas operaciones financieras.

El principal fue el de Seguros BanValor de los hermanos Castillo Bozo. Cuando estalla la crisis, con la intervención de los cuatro bancos de Ricardo Fernández Barrueco, queda al descubierto una enorme estructura corrupta, manejada con papeles emitidos por el Estado. «La ausencia de transparencia en la colocación de notas estructuradas y bonos de la deuda, sin ningún tipo de supervisión oficial debido a la mancomunidad delincuencial entre pseudobanqueros y operadores financieros del Gobierno, fue el germen de esta macroestafa perpetrada contra el Estado venezolano», señala la investigación publicada en Cuentas Claras.

Así surgió la nueva burguesía financiera denominada bolivariana, integrada por «pseudobanqueros (unos de viejo cuño y otros noveles) que realizan supuestas inversiones sin arriesgar ni un solo bolívar de su bolsillo».

Entre los miembros destacados de este grupo figuran Ricardo Fernández Barrueco, Pedro Torres Ciliberto, Arné Chacón, Gonzalo Tirado Yépez, José Zambrano, César Camejo, Julio Herrera Velutini y los hermanos Castillo Bozo.

 

Fuente:  Reporte de la Economía 


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