Vamos a estar claros en una vaina: chavistas hay por todos lados. En Venezuela, evolucionaron de ser una masa acéfala de simples resentidos sociales -pre 1998- a tener una denominación, bien definida, enmarcada dentro del culto político-unipersonal establecido por el héroe del Museo Militar, tambien conocido como comandante presidente Hugo Chavez. Pero, yo creo que es un error pensar que los chavistas aparecieron con Chavez. No. Eso no es así. Estaban allí, con su reconcomio latente, con sus absurdas expectativas, «disenfranchised» como se define en inglés. Arrechos con el mundo, con la maldita vida que los condenó a nacer en familias humildes, pobres, ignorantes. Chavez llegó y aplicó lo que ha sido su estrategia politica más exitosa: darle voz a quienes nadie representaba, a quienes nadie escuchaba, a quienes nadie paraba bola.
En países avanzados como Inglaterra, generalmente hablando, el equivalente de la chusma chavista, que existe como en todo colectivo, ha estado siempre representada por el ala más radical del partido laborista, u otros grupúsculos totalmente marginados del «main stream», de la mayoría. Nadie vota por ellos, nadie les para bola. En elecciones nunca obtienen más del 5% de los votos. Nunca han alcanzado posiciones de poder, son charlatanes, populistas, nostálgicos del estalinismo, que han pretendido, y pretenden, desmontar el estado y las instituciones para «refundar» a su estilo, léase «quitate tu p’a ponerme yo… como esto no nos cuesta hagámoslo fiesta». Los pertenecientes a ese grupo que si han llegado al poder, como Ken Livingstone, han tenido que dejarse de pajas comunistas y abrazar con manos y piernas el capitalismo, ese que genera empleos, y dinero en impuestos para que otros anglo-chavistas puedan vivir sin hacer nada.
Afortunadamente, el partido laborista inglés perdió el rumbo. Primero se permitió la estupidez de que el mejor líder de su historia, Tony Blair, le cediese el poder a un chavista –Gordon Brown, quien, como cabia esperarse, perdió el poder, la cara, y todo lo demás, alcanzando en tiempo asombroso estatus de paria. Pero lo mejor estaría por llegar. En las recientes elecciones por el liderazgo del partido, los sindicatos, léase el ala radical de la izquierda inglesa, lograron imponer a su candidato Ed Miliband, conocido como Red Ed. Dicha elección trasladó a tierra de nadie a los laboristas. Y lo extraordinario del asunto es que los laboristas escogieron a un carajo que no ha trabajado en su puta vida, a un tipo que no tiene idea de lo que es sudarse la frente para devengar un piche salario a final de quincena. Como el hombre es radical, los barones sindicales le dieron el apoyo, y basicamente lo pusieron en el poder.
El sábado pasado los sindicatos fundamentalistas devenidos en poder tras el trono laborista -lástima que Maggy Thatcher no les terminara de romper el espinazo- organizaron una protesta en Londres contra los recortes presupuestarios que el gobierno de David Cameron ha debido implementar. Cameron se consiguió, luego de 13 años de gobierno laborista, que el estado está quebrado, endeudado mucho más allá de sus posibilidades. El despilfarro de la administración anglochavista, demás esta decir, es similar al de sus colegas criollos: millones y millones de libras esterlinas perdidos, gastados de forma insostenible. Ahora todo mundo tiene que pagar los platos rotos de tamaña irresponsabilidad. Pero no serán los sindicalistas, ni el liderazgo radical del partido laborista, quienes levanten las manos, asuman culpa, y le pidan perdón al país. No, que va. Andan dizque protestando, los muy coños de su madre.
Y entre los que protestaban, estaba por supuesto el equivalente de los círculos bolivarianos, o motorizados de Lina Ron, o Carapaicas / Tupamaros. Aqui se llaman UK Uncut. A través de Twitter organizaron una ocupación a Fortnum & Mason, tienda por departamentos y delicatessen ubicada en Picadilly, dizque para protestar una supuesta evasion de impuestos. Otros bichitos del mismo clan destrozaron vitrinas, lanzaron bombas incendiarias, se cayeron a coñazos con la policia, y andaban descoñetando vainas y aterrorizando gente. Cual protesta en el centro de Caracas panitas. Asi están las cosas en la capital del imperio.
En dias pasados leí que The Guardian, la biblia de los fanáticos izquierdistas descritos, tiene una serie de compañías en paraísos fiscales, y anda evadiendo impuestos por millones de libras esterlinas, cual banco, que es el objeto de la ira descontrolada de las hordas anglochavistas. Ahora, en eso tambien se parecen los anglochavistas a sus colegas criollos. Ni de vaina van a reclamarle al Guardian, por hacer lo mismo que las corporaciones financieras que tanto critican. Ni de vaina van a organizar una ocupación al Guardian por evasion de impuestos. La hipocresía es una de las características mas notorias de los chavistas, sean ingleses o de Petare.