La estafa de Raúl Gorrín a PDVSA significó la perdida de USD 1200 millones que, difícilmente, la petrolera y Venezuela podrán recuperar algún día, es un ejemplo más de la corrupción chavista imperante desde hace casi un cuarto de siglo en el país. Una serie de operaciones consistentes en préstamos otorgados por el propietario de Globovisión y Seguros La Vitalicia a la petrolera en bolívares que, luego, la estatal cancelaba en dólares, generaron ganancial ilícitas milmillonarias al empresario y sus socios.
El sistema financiero de Estados Unidos y, en específico, el Distrito Sur de Florida, sirvieron a Gorrín y sus socios, los “bolichicos”, para blanquear las ganancias y los sobornos pagados a funcionarios de PDVSA y a los implicados en la trama. Por ello, un Gran Jurado lo acusó de lavado de dinero en el Tribunal para el Distrito Sur de Florida el pasado 23 de octubre.
En esta entrega damos a conocer los pormenores de los hechos de que se acusa a Raúl Gorrín y a sus asociados.
Lea También: Gran Jurado de EE.UU. acusa a Raúl Gorrín de lavar $ 1.200 millones de PDVSA
¿De qué se acusa a Gorrín?
El cargo del que se le acusa es conspiración para cometer lavado de dinero, lo cual habría ocurrido entre 2014 y 2018 en el Distrito Sur de Florida y otros lugares. El acusado se confabuló con otros para llevar a cabo transacciones financieras con ingresos de una actividad ilegal con el objetivo de ocultarlos y disfrazar su naturaleza.
Gorrín y sus cómplices se enriquecieron de manera ilícita a través del blanqueo de las ganancias de un esquema corrupto de préstamos extranjeros y sobornos que se realizaron valiéndose de una un conjunto de empresas fantasma y cuentas financieras en el extranjero que disfrazaban y ocultaban la naturaleza, ubicación, origen, propiedad y control de las ganancias ilícitas.
Para ello se movilizó el dinero mediante su transferencia a cuentas bancarias en el Distrito Sur de Florida y en otros lugares. También, a través de dichas cuentas, se compraron activos de lujo, entre ellos, yates, bienes raíces y aeronaves.
Esta actividad ilegal, el pago de sobornos, es:
una infracción grave de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, y
un delito contra una nación extranjera, específicamente Venezuela, que involucra soborno a un funcionario público y apropiación indebida, robo y malversación de fondos públicos para el beneficio de dicho funcionario público.
Las andanzas de Gorrín y los “bolichicos”
El esquema corrupto diseñado por Raúl Gorrín y sus cómplices, a saber, los “bolichicos”, eran un conjunto de acuerdos de falsos préstamos falsos con Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), a la que desfalcaron entre USD 600 millones y USD 1200 millones de dólares, en tiempos en que la producción petrolera estaba en declive.
Es decir, Gorrín y sus asociados, ofrecían préstamos a PDVSA en bolívares que, posteriormente, en muy poco tiempo, debían ser cancelados por la petrolera en dólares. El sistema de control de cambio imperante en Venezuela desde la llegada del chavismo al poder, hizo que el diferencial cambiario generara grandes ganancias que eran lavadas en el sistema financiero de Estados Unidos, específicamente en el estado de Florida.
Tales operaciones de préstamos requirieron del pago de millonarios sobornos a familiares de un funcionario al que la acusación solamente identifica como integrante de “Los Chamos”. Sin embargo, se conoció que se trataría de los hijastros de Nicolás Maduro, Yosser Gavidia Flores, Walter Gavidia Flores y Yoswal Gavidia Flores, quienes recibieron parte de las ganancias de la negociación irregular.
Los hechos
La acusación refiere que, en 2014, Raúl Gorrín Belisario, Francisco Convit Guruceaga y el Conspirador 1 —uno de los “bolichicos”— acordaron el pago de sobornos a Carmelo Antonio Urdaneta Aquí —asesor legal del Ministerio de Petróleo y Minería de Venezuela—, Álvaro Ledo Nass —secretario del directorio de PDVSA—, así como al Funcionario venezolano 1 —alto ejecutivo de PDVSA—, a objeto de que estos últimos aprobaran los contratos de préstamos en moneda extranjera con Petróleos de Venezuela S.A.
El objetivo era sacar provecho del tipo de cambio fijo de moneda extranjera implementado en Venezuela, el cual valoraba el bolívar artificialmente alto en comparación con el tipo de cambio disponible en el mercado abierto.
El préstamo inicial otorgado por Gorrín y sus socios a PDVSA en bolívares era equivalente a USD 50 millones que, en razón al valor real en el mercado abierto, se convirtieron en USD 600 millones, gracias al diferencial cambiario.
Estas ganancias corruptas —USD 550 millones— se dividieron entre los coconspiradores, luego de restar el pago de los sobornos a Urdaneta, Ledo y Funcionario venezolano 1 y Funcionario venezolano 2, quienes aprobaron la operación de préstamo irregular.
La ambición se hizo presente y Gorrín y sus socios y quisieron duplicar sus ganancias ilícitas a USD 1200 millones, mediante un nuevo préstamo a PDVSA. Esta vez, contrataron a Matthias Krull —representante de un banco suizo en Panamá entre cuyos clientes venezolanos estaba Raúl Gorrín— y a José Vicente Amparan Croquer —administrador de los activos financieros de Gorrín— para que diseñaran e implementaran en al plan de blanqueo.
Eran necesarias empresas fantasmas en el extranjero, así como cuentas bancarias y falsos contratos para disfrazar la naturaleza de las operaciones ilícitas, así como el origen y destino de los fondos. Se precisaba invertir en activos y el Distrito Sur de Florida era el lugar para ello.
Los préstamos
Refiere la acusación contra Raúl Gorrín que el 28 de noviembre de 2014, la empresa Unicom Private Equity Advisors Ltd. —sociedad fantasma registrada en Hong Kong controlada por Gorrín y capitaneada por un director designado por este— cedió a Ranter Capital C.A. — sociedad fantasma venezolana de Gorrín— sus derechos para otorgar y poner a disposición un contrato de préstamo a PDVSA.
Poco después, el 15 de diciembre de 2014, el directorio de PDVSA aprobó celebrar un contrato de préstamo con Ranter por 7.200 millones de bolívares. El Funcionario venezolano 1 autorizó la operación. En la misma fecha, Eaton Global Services Limited celebró contratos ficticios de asociación con empresas fantasmas controladas por Convit, Urdaneta, Conspirador 2, Conspirador 3, Conspirador 4 y Funcionario venezolano 2.
Mediante estos contratos ficticios justificarían la distribución de las ganancias del contrato de préstamo y, de esta manera, podrían evadir las medidas antilavado de dinero del sistema bancario internacional.
Dos días después, el 17 de diciembre de 2014, PDVSA firmó un contrato de préstamo con Rantor por 7.200 millones de bolívares ejecutado por el Funcionario venezolano 1 y aprobado por Ledo, a la sazón asesor jurídico de la petrolera.
La cesión de derechos de Rantor a Eaton ocurrió el 22 de diciembre de 2014 y, entre 23 y 30 de diciembre de 2014, el Funcionario venezolano 1 informó por carta a PDVSA de dicha cesión. Además, ofreció a PDVSA pagar la deuda en 180 días mediante el pago de aproximadamente USD 600 millones. Igualmente, instruyó a la petrolera a transferir los fondos a Eaton a través de la Institución financiera europea 2, al tiempo que suministró los datos de una cuenta bancaria en los Estados Unidos.
La operación de blanqueo
Francisco Convit Guruceaga fue el socio «bolichico» de la operación con que Raúl Gorrín esquilmó a PDVSA USD 1200 millones.
Como se informó líneas arriba, entre el 29 de diciembre de 2014 y el 2 de febrero de 2015, PDVSA transfirió USD 600 millones desde una cuenta en EE. UU. a cuentas bancarias de Eaton Global Services Limited en la Institución Financiera Europea 2.
Gorrín, Convit y el Conspirador 1 dividieron las ganancias. Al primero le correspondió el pago de los sobornos a Conspirador 2, al Conspirador 3, al Conspirador 4 y al Funcionario venezolano 2. Convit y Conspirador 1 pagaron al resto de los funcionarios involucrados, entre ellos Urdaneta, Ledo y el Funcionario venezolano 1.
Cuentas de Eaton en la Institución Financiera Europea 2 sirvieron para estas operaciones de la siguiente manera:
€ 125 millones desde cuentas en la Institución Financiera Europea 2 a cuentas suizas de dos empresas fantasmas de las Islas Vírgenes Británicas controladas por Convit y el Conspirador 1. Operaciones realizadas entre el 31 de diciembre de 2014 y el 4 de marzo de 2015.
USD 86 millones transferidos a una cuenta bancaria suiza de una empresa fantasma panameña controlada por el Conspirador 1. Esto ocurrió del 23 de enero de 2015 al 3 de febrero de 2015.
€ 78 millones desde las cuentas de Eaton en la Institución Financiera Europea 2 a una cuenta bancaria en Santa Lucía a nombre de un fideicomiso de Nueva Zelanda controlado por el Gerente Financiero 1. Esto fue el 13 de enero de 2015 y el 2 de febrero de 2015.
Entre otras operaciones mediante las cuales Raúl Gorrín Belisario y sus coconspiradores disfrazaron y ocultaron sus ganancias corruptas para evitar el escrutinio bancario.
Una estas operaciones consistió en transferir USD 2,46 millones desde la cuenta de Eaton en la Institución Financiera Europea 2 a una cuenta bancaria en Miami, para la compra de un yate.
Gorrín y Conspirador 5 procuraron al banquero Matthias Krull para transferir USD 200 millones a Conspirador 2, Conspirador 3 y Conspirador 4.
Otros operadores financieros fueron requeridos por Raúl Gorrín y los bolichicos para llevar a cabo las operaciones de blanqueo, entre ellos Luis Fernando Vuteff, empleado directivo de la Institución Financiera Europea 1; Hugo Andrés Ramalho Gois, portugués relacionado con instituciones financieras en el Reino Unido, Letonia y otros lugares de Europa; y Ralph Steinmann, suizo, propietario de la Institución Financiera Europea 1.
Lea en detalle la acusación contra Raúl Gorrín en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Florida.
Tomado de Así fue la estafa de Raúl Gorrín a PDVSA por USD 1200 millones: su sociedad con los “bolichicos”