un muerto de USD 10,9 billones

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En el mundo de la intermediación financiera existe un instrumento que se conoce por su denominación en inglés como factoring. Es el proceso de venta que una empresa hace a un banco de sus cuentas por cobrar. La entidad bancaria entrega el efectivo a la compañía y se hace cargo de la recuperación de las facturas.

Este esquema es el que plantea Petróleos de Venezuela para resolver parcialmente el atraso en los pagos que acumula con sus proveedores nacionales y con el que intenta evitar un colapso financiero de las empresas que le prestan servicios.

«Estamos hablando con la banca pública para que les otorgue una cartera petrolera», señaló el ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, al referirse a los resultados financieros de 2010, según los cuales la deuda con los proveedores tuvo un crecimiento de 55%: llega a 10,9 millardos de dólares. «Estamos regularizando todas nuestras cosas y buscamos esquemas para que sigan trabajando con nosotros», agrega.

La propuesta surgió como una iniciativa de la Cámara Petrolera de Venezuela hace tres años, cuando comenzó a agravarse el problema de pagos con las contratistas, sobre todo las nacionales. El año pasado se retomó con el cambio de directiva de la organización gremial y su presidente, Mauricio Canard, presentó un programa de acción para el bienio 2010­2012.

Este planteamiento, sin embargo, tenía un prerrequisito para el gremio: «Consolidar la confianza del sector oficial para fortalecer el impulso a la industria petrolera en general», porque en la directiva de Pdvsa persiste cierta suspicacia por la participación que tuvieron algunos miembros de la Cámara Petrolera en el paro de 2002 y 2003.

Representantes empresariales de esta organización aseguran que a pesar de las discrepancias internas, hay avances y han encontrado en Eulogio Del Pino, vicepresidente de Exploración y Producción de Pdvsa, a un interlocutor a quien le han expuesto los problemas financieros que afrontan las empresas locales.

«Ha habido una mejora en los pagos y ciertamente hay una mejor comunicación entre Pdvsa y las empresas», dice Jorge Roig, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos y de Minería de Venezuela.

«Creemos que las obligaciones con empresas nacionales se pueden resolver rápido debido a que son montos manejables», añade.

Un ejemplo de cooperación entre Pdvsa y el sector privado nacional y foráneo proveedor de servicios es la próxima edición de la Exposición Latinoamericana de Petróleo, iniciativa de particulares que el año pasado prácticamente no tuvo ningún apoyo de la estatal.

En esta oportunidad el evento se realizará en septiembre, pero hubo una condición: por primera vez la principal exposición petrolera del país no se hará en Maracaibo sino en Puerto La Cruz. «No se trata de un capricho de Pdvsa sino de que ahora las perspectivas de Venezuela en materia de hidrocarburos cambiaron. Ya no están en el Zulia porque su producción está en declive, sino en el oriente del país, sobre todo con los proyectos de la faja del Orinoco», señala una fuente de la Cámara Petrolera.

Érase una vez La aplicación del factoring con los contratistas de Pdvsa no es nueva. Hubo una época en la que el sector bancario pugnaba por comprar una factura de la petrolera porque la pagaba a la vuelta de un mes y arrojaba ganancias rápidas. Esa situación cambió en los últimos cuatro años. Actualmente, la cuenta de un proveedor con la principal empresa del país no sólo es rechazada por entidades privadas, sino también por los públicos, y se cuentan anécdotas de cómo los primeros que dicen no son el Banco Bicentenario, Banco del Tesoro, Banco Industrial de Venezuela y el Banco de Venezuela.

«Pdvsa se ha convertido en una empresa de maromas financieras y ahora pretende que los bancos asuman un riesgo adicional en su cartera de créditos», advierte el economista Francisco Faraco. «El mecanismo de factoring es un préstamo que otorga un banco, pero Pdvsa mantiene su deuda y debe pagarla con una tasa de interés como cualquier otro crédito», añade.

La propuesta, además de sus implicaciones financieras, también tiene las regulaciones propias de las instituciones bancarias, debido a que cualquier retraso de Pdvsa obliga a los bancos a colocar esas facturas en la categoría de morosas. También se hacen vulnerables a recibir advertencias de la Superintendencia de Bancos cuando observen un aumento de la morosidad de la cartera crediticia.

El ministro Ramírez delegó la responsabilidad en el director ejecutivo de Finanzas de Pdvsa, Víctor Aular, quien deberá alcanzar un acuerdo con la banca pública, pero fuentes de la empresa afirman que hay reticencia por parte de los técnicos de la empresa a presionar por un esquema de factoring, y más bien se prefiere hacer un esfuerzo para apresurar los pagos.

Fin de un plan A finales de 2009 y principios de 2010, Pdvsa comenzó a agilizar los pagos a sus proveedores mediante la cesión de bonos de su deuda. Ofrecen la ventaja de estar emitidos en dólares y se pueden revender para obtener efectivo en divisas de manera legal, sin pasar por los trámites de Cadivi.

Estas transacciones se hicieron a través de lo que se conoció como el mercado de permuta con los bonos públicos, entre los que se incluían los colocados por Pdvsa. En buena medida, este mecanismo favoreció una disminución en 540 millones de dólares de la deuda con contratistas en 2009, y se tenía la intención de mantenerlo en 2010 para reducir la obligación.

El plan de pago a proveedores con bonos llegó a su final en el segundo trimestre de 2010, cuando el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, ordenó acabar con la permuta.

Fue sustituido por el Sitme, sistema de transacciones de títulos en moneda extranjera, que tiene restricciones y ha hecho más lenta la negociación con los papeles de deuda.

En los informes auditados de Pdvsa de 2009 se indica que con los títulos se cancelaron 264 millones de dólares a proveedores y que en el primer trimestre del año pasado se pagaron 62 millones de dólares.

«Con cada uno de los proveedores involucrados se realizó un contrato de finiquito con relación a los saldos pagados por Pdvsa, mediante esta operación de extinción de deudas.

Los bonos están denominados en dólares y fueron recibidos por los proveedores a un valor acordado en bolívares», dice el reporte de la empresa.

Áreas de la deuda El informe financiero de Pdvsa ­auditado por la firma consultora KPMG­ desglosa la deuda de la empresa con los suplidores, de acuerdo con su procedencia: 33,8 millardos de bolívares para el caso de los compromisos con firmas nacionales y 15,8 millardos de bolívares para las foráneas, montos que reflejan una variación debido a que en 2010 hubo una devaluación que eliminó la tasa única de 2,15 bolívares por dólar y se fijaron dos paridades ­2,60 y 4,30 bolívares­ que para efectos de las operaciones en divisas que efectuó Pdvsa arrojaba un promedio de 3,80 bolívares por dólar.

Con respecto a las actividades, se indica que 71% de las obligaciones es con empresas dedicadas a las actividades de exploración y producción, 25% en las áreas de refinación, comercio y suministro y el 4% restante corresponde a lo que se adeuda a compañías que participan en el sector gasífero.

El área de producción es la que registra el mayor incremento: la deuda se triplicó en 2010 y presentó un saldo de 24,1 millardos de bolívares al cierre del año pasado; y en este sector es donde se registra parte de los litigios legales que afronta Pdvsa con empresas de taladros de perforación, según reportó el diario El Nacional.

Tomado de un muerto de USD 10,9 billones

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