LA DICTADURA EN VENEZUELA
«Ledezma no puede ser líder de ningún movimiento, queda totalmente descartado, por inocente o por alcahuete queda fuera».
Por: Jesús Mitchelle Torres
Fuente: Periodistas Digital
La dictadura de Nicolás Maduro ha empujado a más de tres millones de personas fuera de Venezuela, muchos han salido por la crisis socioeconómica que sufre el país bajo el régimen chavista, otros han huido por la represión y la persecución de la cual han sido objeto
Este último es el caso de Ana Mercedes Díaz, la expresidenta del tribunal electoral en Venezuela, quien ha concedido una entrevista a Periodista Digital América para expresar su opinión acerca de la situación política venezolana actual.
Díaz fue funcionaria por más de 25 años del Consejo Nacional Electoral venezolano (CNE), y además cuenta con más de 14 años de experiencia observando y colaborando con sistemas electorales internacionales.
Su dilatada experiencia le permite asegurar rotundamente que en estos momentos en Venezuela no están dadas las condiciones para participar en un proceso electoral, y señala que la existencia de un régimen «genocida, castro-comunista, terrorista y narcotraficante» impide que se pueda acudir a un proceso electoral transparente.
Hemos denunciado desde hace 14 años los fraudes en los procesos electorales venezolanos, participar en unos nuevos comicios sería disfrazar de democracia al régimen… porque no hay un registro electoral confiable, es que esto parece más un ministerio electoral, vemos a Tibisay Lucena, Sandra Oblitas, entre otros, formando parte del partido, asistiendo a los actos del régimen, no hay independencia ni autonomía del poder electoral, un registro electoral contaminado, un proceso automatizado que no se puede auditar ¿De qué proceso electoral se puede hablar para el 13 de diciembre?
Sin embargo, algunos opositores venezolanos no solo creen que las elecciones representan una opción para ejercer presión real, sino que opinan que la injerencia humanitaria que impulsa una parte de la comunidad internacional es una ilusión.
Al respecto, Díaz aclara que no puede confudirse la intervención militar con el concepto la injerencia humanitaria, ya que este último «lleva implícito salvar a la población civil» quiere decir, apoyo internacional para salvaguardar vidas en países que se encuentran en situaciones de opresión como el caso de Venezuela, con una sociedad secuestrada y cuyos derechos humanos son sistemáticamente vulnerados, concepto que es totalmente diferente a la intervención militar, que tiene otras connotaciones.
Además, añade que en Venezuela «los ciudadanos están secuestrados y que no hay casos en los cuales los secuestrados se liberen solos, las fuerzas armadas están totalmente vinculadas al narcotráfico, se habla del cartel de los soles, hay una mafia de terrorismo relacionada con Hezbolá, el ELN de Colombia acaba de cometer una masacre, viendo esta realidad ¿De qué salida estamos hablando? Las actuales autoridades del país son una caterva de criminales apropiadas de nuestro territorio».
Ante esta pugna en lo referente a la estrategia para luchar contra el régimen de Maduro, son muchas las voces que han manifestado que la oposición venezolana debe estar unida para llevar a cabo una estrategia común y bien pensada, que pueda traajar para forzar la salida de la dictadura chavista.
María Mercedes Díaz no piensa lo mismo, pues cree que lo que existe en Venezuela es una falsa oposición con la cual no se puede transigir «porque que trabaja de la mano del régimen chavista, que tienen negocios allí y que por lo tanto han aprendido a convivir con la dictadura, disfrazándola de democracia».
«Éste régimen no habría podido llegar hasta aquí si no hubiese tenido la colaboración de la falsa oposición, estamos hablando de Henry Ramos Allup (Acción Democrática), Julio Borges (Primero Justicia), Manuel Rosales y Omar Barboza (Un Nuevo Tiempo), Luis Florido (Voluntad Popular), que le jugaron el juego al régimen, con todas las pruebas de fraude que hemos denunciado desde el 2004, si en Venezuela hubiese existido una oposición real, el régimen no hubiese llegado hasta aquí»
Por ello, la experta venezolana fundó el «Movimiento Político Ciudadano», que según indica en su sitio web, nació con el objetivo principal de reestablecer la república en Venezuela y se define ideológicamente como un movimiento de derecha capitalista republicano, lo cual es único o muy poco común en una Venezuela en la que se ha demonizado cualquier movimiento político que no sea de izquierda.
«Yo como experta electoral me he mantenido independiente, pero la actual situación en Venezuela exige un movimiento que se separe de la falsa oposición, de la impunidad y del socialismo de una manera clara, vertical y diáfana, por eso hemos creado el movimiento, no estamos buscando un presidente, no creemos en procesos electorales en estas circunstancias» aseveró la opositora venezolana.
Con este movimiento, se desmarca de cualquier acuerdo con lo que ella denomina «falsa oposición», y se manifiesta tajantemente contraria a cualquier evento electoral con la dictadura venezolana, y va más allá, al ser consultada acerca del caso reciente de Antonio Ledezma, cuyo yerno, Luis Fernando Vuteff García, se encuentra detenido por blanqueo de capitales en España, dijo:
Ledezma no puede ser líder de ningún movimiento, no funciona y en este momento no sirve, si no se daba cuenta de lo que hacía su yerno como lo va a hacer con un país, si lo sabía y no hizo nada peor, el problema es que incluso son los dos yernos, porque su otra hija está casada con Izarra que fue ministro de Chávez, por ello queda totalmente descartado, por inocente o por alcahuete queda fuera, Ledezma tiene que mantenerse al margen de esta situación. No pueden hacer una oposición real quienes están sujetos a ser chantajeados.
El panorama venezolano es muy complejo, aun cuando está claro que la dictadura chavista es el demonio a vencer, la oposición se encuentra fragmentada producto de diferencias, y no solo por la estrategia para sacar al régimen, existen profundos desacuerdos entre líderes opositores que alejan la posibilidad de recuperar la democracia en Venezuela en el corto plazo, mientras los venezolanos seguirán padeciendo la peor crisis humanitaria de su historia contemporanea.