Presencia militar, narcotráfico y beneficios petroleros: así es la intervención cubana en Venezuela
Desde la llegada de Hugo Chávez al poder, el régimen castrista ha tenido una influencia sin precedentes sobre el gobierno venezolano
Fuente: INFOBAE
«La intromisión extranjera en Venezuela es Cuba, que ha empeorado las cosas directamente». Así de contundente fue la respuesta de Mike Pompeo, secretario de Estado norteamericano, ante las acusaciones de la dictadura de Venezuela de un intento de golpe de Estado supuestamente orquestado por Washington.
En la sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU, desarrollada este sábado,Estados Unidos volvió a denunciar la amplia intervención del régimen cubano en suelo venezolano.
Si bien en los últimos meses las denuncias han ido en aumento, la fuerte presencia militar cubana no es nueva y se remite a la época de Hugo Chávez, quien durante una visita a la isla en 2007 llegó a decir: «En el fondo, somos un solo gobierno, un solo país».
Como las remesas rusas en las décadas de los ’70 y ’80, los envíos de petróleo desde Caracas hacia La Habana -que llegaron a los 100 mil barriles de crudo diarios-ayudaron a mantener con vida a la anacrónica dictadura de los Castro desde fines de los ’90, cuando los cubanos comenzaron a cruzar los 1.450 kilómetros que los separan de Venezuela por propia invitación del presidente Chávez, quien puso su seguridad, su salud y mucho más en manos de sus «camaradas».
Todo comenzó en 1997, cuando 29 agentes cubanos encubiertos se establecieron en Margarita y en 1998 ayudaron a Chávez en la campaña electoral en tareas de inteligencia, seguridad e informática, algo que fue dado a conocer en 2014 por el periódico El País de España.
El secretario general de la OEA indicó que los cubanos incluso se encuentran en el seno de la inteligencia venezolana y estimó que La Habana ya ha enviado cerca de 46.000 agentes a Venezuela. El propio diario comunista cubano Juventud Rebelde, órgano de difusión de la dictadura cubana, confirmó esa cifra pero sostuvo que se trata de cubanos que ayudaban en «programas sociales» en Venezuela. Otras estimaciones aseguran que la presencia cubana podría ascender a más de 100.000 personas, entre ellos 3.700 funcionarios de su servicio de inteligencia, el G2. En 2014, el general retirado Antonio Rivero, un ex colaborador de Chávez, aseguraba: «Nada más en seguridad y defensa, estimamos que puede haber unas 5.600 personas. En la Fuerza Armada hay unos 500 militares activos cubanos que cumplen funciones de asesoría en áreas estratégicas: inteligencia, armamento, comunicaciones e ingeniería militar».
Lo cierto es que esos miles de cubanos trabajan hoy en Venezuela en la administración pública, la Presidencia, los ministerios y las empresas públicas, pero también hay médicos, enfermeras, odontólogos, científicos, maestros, informáticos, analistas, técnicos agrícolas, de electricidad, obreros y en áreas culturales. Y, por supuesto, están aquellos más temidos, quienes se desempeñan en las áreas de seguridad, inteligencia e incluso las Fuerzas Armadas.
La denuncia de la intervención cubana en Venezuela ha sido reforzada por ex presidentes latinoamericanos, como el caso de José Tuto Quiroga, de Bolivia, quien en octubre pasado participó en el Miami Dade College de un foro sobre la situación de América Latina. Allí, el foco estuvo puesto en la crisis venezolana, y la fuerte injerencia de Cuba. «Hay una posición mucho más clara sobre la amenaza que implica el socialismo [del siglo] XXI, queno es más que una pandilla de socios listos, criminales delincuenciales anclados en Venezuela, Nicaragua y Bolivia, e inspirados en Cuba», señaló Quiroga.
Terror de exportación
El pasado 7 de diciembre de 2018, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), aseguró que el régimen de Cuba exporta «mecanismos de terror» a países de la región, como Venezuela.
En el marco de una conferencia sobre derechos humanos en la isla, el ex canciller uruguayo detalló que en suelo venezolano hay ciudadanos cubanos que presuntamente han dirigido «torturas».
Almagro se refirió así a la cooperación militar del régimen de Miguel Díaz-Canel con Nicolás Maduro luego de haber recibido en el mes de noviembre un informe en el que se documentan 106 casos de torturas dentro de Venezuela, de los cuales 11 están sospechadas de haber sido perpetradas por agentes «con acento cubano».
Y es que una gran cantidad de los cubanos que están en Venezuela son además milicianos. En 2007, Juan José Rabilero, entonces jefe de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) cubanos, dijo durante un acto en el estado venezolano de Táchira «más de 30.000 cederristas cubanos de los 8,6 millones de miembros que tiene nuestra organización». Los CDR son un sistema de vigilancia, control ideológico y delación fundamental en la dictadura cubana.
Castrismo, chavismo y narcotráfico
Desde hace varios años, la Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) investiga los vínculos entre el Cártel de los Soles y funcionarios del régimen venezolano. No obstante, el 1º de enero de este año, Almagro publicó un video con motivo del 60º aniversario de la Revolución Cubana en el que señaló que fue «la dictadura cubana la primera que se introdujo en el narcotráfico».Posteriormente, su influencia sobre el régimen chavista llevó a Venezuela a involucrarse de lleno en ese negocio.
Una de las principales figuras del chavismo señaladas por Estados Unidos como narcotraficante es Tareck El Aissami, ex vicepresidente de la nación, a quien el Departamento de Estado sancionó congelando sus bienes en suelo norteamericano por haber facilitado el «envío de narcóticos desde Venezuela». Asimismo, el ex ministro de Justicia también es acusado de mantener estrechos vínculos con el grupo terrorista Hezbollah.
Otros de los funcionarios sancionados por Washington fueron Néstor Reverol, jefe de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), y Hugo Carvajal, quien se desempeñó como jefe de la inteligencia militar de Chávez.
Pero el gran golpe que dio la DEA contra el narco chavista fue contra dos sobrinos de Nicolás Maduro y Cilia Flores, quienes después de haber sido detenidos en el aeropuerto de Haití traficando cocaína fueron condenados a 18 años de prisión en EEUU. Tras el proceso judicial, las autoridades norteamericanas llegaron a la conclusión de que Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Flores actuaron con total aval del dictador chavista.
Diosdado Cabello, número dos del chavismo, es considerado por varios países como el líder del Cártel de los Soles. Incluso Leamsy Salazar, uno de los guardaespaldas más cercanos a Chávez, reconoció que Cabello es el jefe de esa organización.
Pero los vínculos del chavismo con el narco no son recientes y aparecen mediados, otra vez, por la Cuba castrista. En un artículo publicado el año pasado, titulado «Cómo Cuba ayudó a convertir a Venezuela en un estado mafia», The Daily Beast cuenta cómo en los años 90, antes de la asunción de Chávez en el 99, «los servicios de inteligencia cubanos comenzaron a acercarse a redes que se convertirían en los mayores proveedores mundiales de cocaína: las narcoguerrillas comunistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las fuerzas de seguridad venezolanas».
«La contrainteligencia cubana instruyó a los espías venezolanos, nacionales y extranjeros, y ayudó a organizarlos para erradicar la oposición al régimen de Hugo Chávez. De hecho, los cubanos les enseñaron a hacer lo que fuera necesario para sobrevivir», señala la publicación.
La cooperación en salud y las denuncias sobre esclavitud
Los regímenes de Cuba y Venezuela también tienen un estrecho vínculo en cuestiones de salud. A fines del año pasado, ambos países firmaron un convenio por medio del cual se comprometían a la formación de técnicos, presentación y asesoramiento para los servicios de electromedicina.
Además, en 2018 llegaron a Venezuela cerca de dos mil médicos cubanos que abandonaron Brasil tras la disputa entre La Habana y el gobierno de Jair Bolsonaro, quien ordenó poner fin al programa «Más Médico», impulsado por la ex presidente Dilma Rousseff.
En ese entonces, Maduro acusó a Bolsonaro de tener una actitud «fascista» al terminar con el plan sanitario.
El presidente brasileño respondió que no iba a ser parte del «trabajo esclavo» que estaban realizando unos 11.000 médicos. Es que el régimen cubano recibía el 75% de sus salarios.
Los centros de salud dirigidos por médicos cubanos fueron parte de un programa clave de Chávez. Venezuela pagó a Cuba los servicios médicos con envíos de petróleo.
Pero con el correr de los años, la situación sanitaria en Venezuela se tornó alarmante.Maduro es acusado de ser el gran responsable por el deterioro del sistema de salud y el abandono constante de las instalaciones que una vez fueron atendidas por los médicos cubanos.
Hoy en día Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia, registrando los índices más altos de escasez de alimentos en toda su historia.
«El acceso a la salud, una responsabilidad fundamental del Estado, se encuentra en un estado de serio deterioro. Estamos impactados de que los propios hospitales se hayan convertido en un lugar donde la vida de las personas se pone en riesgo (…) Nos preocupa de manera profunda que niños y niñas estén muriendo por causas prevenibles relacionadas con el estado de deterioro de las instalaciones de salud, la escasez, tanto de insumos de salud, como de medicamentos, así como la falta de medidas sanitarias y de higiene eficaces», explicaron expertos en un informe divulgado en octubre del año pasado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Salud por petróleo
Durante años Cuba se ha visto beneficiada por el constante envío de barriles de petróleo por parte de Venezuela. Si bien ese caudal de crudo ha bajado a raíz de la crisis que atraviesa el sector petrolero, la dictadura chavista no le soltó la mano al castrismo.
A cambio de los servicios profesionales cubanos, sobre todo de personal sanitario y docente, Caracas envía a La Habana petróleo a precios subsidiados.
El pasado mes de septiembre la agencia de noticias Reuters informó que PDVSA reanudó el suministro de petróleo a Cuba, totalizando, desde enero, 11,74 millones de barriles (unos 49.000 diarios), pero solamente entre los meses de junio y agosto le ha enviado al régimen 4,19 millones de barriles. Todo esto en medio de la peor situación que ha enfrentado PDVSA con la producción petrolera en sus mínimos históricos.
Es decir, entre junio y agosto de 2018, mientras millones de venezolanos morían de hambre o por la falta de medicamentos, Maduro envió a Cuba petróleo por un valor de unos 248 millones de dólares.
En su último reporte, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), que cita a fuentes secundarias, situó el bombeo venezolano en 1,137 millones de barriles por día.
Venezuela, Cuba y sus aliados, acusan a EEUU de tener intereses detrás del crudo venezolano. Pero este viernes, fue la propia Delcy Rodríguez, vicepresidente del país, quien ofreció ese activo a todos los países alineados con el régimen: «Todo el petróleo que China necesita Venezuela lo tiene, todo el petróleo que los países amigos de Venezuela necesitan, Venezuela lo tiene y ese es un mensaje muy claro de cooperación».
Con la llegada del chavismo al poder, Cuba ha dependido financieramente de Caracas, que llegó a cubrir hasta el 70 % de sus necesidades de combustible.
Etiquetas: Derechos Humanos, Hezbollah, Invasión Cubana, medicina y salud, NarcoFlores, narcotrafico, pdvsa, terrorismo, Tráfico de Drogas
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