POR: Alberto Rodríguez García
FUENTE: RT
La radicalización empieza desde casa a golpe de click. El ciber-yihadismo ha ganado mucha importancia para las organizaciones terroristas que, tras ser derrotadas en el terreno, buscan asentarse en nuevos territorios y mantener su terror con lobos solitarios. Solo conociendo sus dinámicas, se puede acabar con la amenaza.
139 yihadistas han sido detenidos en España desde la aparición del Estado Islámico en 2013. La mayoría, se radicalizaron en su casa.
El ciber-yihadismo se ha convertido en una amenaza contra la que ahora luchan los servicios de seguridad de todo el mundo, pero no hablamos de algo nuevo. Su pionero fue el clérigo estadounidense de origen yemení Anwar al-Awlaki, que antes de ser abatido en 2011 cuando lideraba la célula de al-Qaeda en la Península Arábiga desarrolló las 44 formas de apoyar la yihad armada, entre las que destacaba la utilización de internet como una herramienta para hacer llegar las ideas de al-Qaeda a todo el mundo a través de la difusión de noticias y la creación de foros.
Aunque el Estado Islámico se inspira en gran medida en las pautas sobre las que teorizó Awlaki, el grupo liderado por Abu Bakr al-Baghdadi ha ido un paso más allá, superando los discursos densos sobre teología y haciendo suyas redes sociales y programas de mensajería como twitter, instagram, facebook y telegram.
Reducir la ciber-yihad a la difusión de videos violentos es un tremendo error. Aunque cada grupo tiene su propia estrategia, podemos hablar de cinco grandes pilares en los que se sustenta su activismo en redes: Infundir terror, conseguir combatientes, adoctrinar a potenciales radicales, librar una lucha ideológica para legitimarse y lograr financiación.
1- Infundir terror
El más conocido de todos los pilares es la guerra psicológica del terror. Su objetivo es la definición misma del terrorismo; crear alarma social con fines políticos a partir de actos violentos.»Este tipo de propaganda busca convertir a los yihadistas en una especie de ‘guerreros celestiales’ a los que habría que temer».Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
Esta propaganda es muy fácil de encontrar ya que no tardan en difundirla los propios medios de comunicación. Consiste en imágenes de atentados, victorias en frentes, ejecuciones y discursos amenazadores. Este tipo de propaganda busca convertir a los yihadistas en una especie de ‘guerreros celestiales’ a los que habría que temer. Es importante a la hora de trabajar estos contenidos dejar claro que son, como en la absoluta mayoría de la propaganda yihadista, una distorsión de la realidad.
2- Conseguir combatientes
El siguiente nivel, más desconocido pero muy importante, es la propaganda enfocada a conseguir nuevos muyahidines. Hay que tener en cuenta una cosa: muyahidines no son solo los que están con las armas en Somalia, Siria, Irak, Egipto, Libia, Mali, Afganistán… Muyahidines también pueden ser desde radicales en Europa dedicados a la captación y difusión de ideas extremistas hasta informáticos encargados de realizar ciberataques.
Para un radical no hay más honor que ser un ‘shahid’ o mártir, ya que según la doctrina salafista, el grado más elevado del paraíso está reservado para los mártires. Sin embargo, no es lo único que buscan las organizaciones terroristas. Para el Estado Islámico en determinado momento puede ser mucho más útil lanzar un mensaje que en 2016 su ‘Ciber Califato Unido’ filtrase una lista con nombres y direcciones de más de 8.000 personas relacionadas con gobiernos y el sector militar a las que, decían, había que asesinar.
En una sociedad 2.0 como la nuestra, los terroristas tienen nuevas posibilidades de hacer daño. No hablamos de que el Estado Islámico pueda hacerse con las fotografías comprometidas que guardas en tu ordenador; hablamos de que un ingeniero informático debidamente preparado puede atacar una central eléctrica, una presa de agua y otras estructuras críticas. Actualmente en España está activado el nivel 4 de alerta en infraestructuras críticas en una escala que tiene como máximo nivel el 5, después de que solo en los meses de enero y febrero de 2018 se hubiesen registrado 125 ataques.
Hay quienes de forma voluntaria por su entorno y educación, en cuanto reciben mensajes en los que se muestra una falsa victoria de quienes profesan sus ideas, se sienten arengados y se unen al camino de la yihad sin cuestionárselo. Para los demás, es donde entra en juego el adoctrinamiento.
3- Adoctrinar a potenciales radicales
El material más común para captar y llamar la atención a potenciales radicales son los videos belicistas en los que se presenta a los yihadistas como hombres fuertes, con empaque, decididos y felices en el frente. Hay que tener en cuenta que la ideología salafista en la que se sustentan las organizaciones terroristas está profundamente ligada a la guerra. La épica del galopar de los caballos y el choque de espadas es muy recurrente. Pero también acompañan estos contenidos con materiales audiovisuales que muestran la guerra como el lugar más agradable y puro de todos.
¿Cómo te enfrentas a alguien que ve en el sacrificio un deber y en la muerte el paraíso? Esto es lo que hace tan peligroso al terrorismo yihadista; y la propaganda se encarga muy bien de inculcar esta mentalidad. «El fin de la propaganda es convertir a seres racionales en irracionales, y evitar que se planteen las contradicciones en torno a su irracionalidad».Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
Tenemos que recordar en todo momento que la propaganda se aprovecha sobre todo de la ignorancia, y que funciona cuando logra manipular las mentes de sus receptores. El fin de la propaganda es convertir a seres racionales en irracionales, y evitar que se planteen las contradicciones en torno a su irracionalidad.
Los propagandistas no dudan en utilizar todos los mecanismos posibles para manipular. Lo más básico es inventarse ‘fake news’ para crear realidades paralelas, pero llegan incluso a manipular fotografías para que sus combatientes muertos aparezcan sonrientes o la sangre derramada muestre mensajes divinos. La imaginación es el límite.
Pero aunque la violencia sea la forma de adoctrinamiento más común, ésta no es la única. El objetivo de un buen propagandista es apelar a las inquietudes del individuo. Aunque en la mayoría de los casos el método más efectivo sea promover la ‘guerra justa’, es fácil encontrar textos hablando de ecologismo, anticapitalismo, justicia social… que ofrecen como alternativa un estado o emirato islámico.
El adoctrinamiento en redes sobre todo busca llegar a carne de cañón predispuesta a la radicalización para que cometa atentados como lobo solitario o perfiles muy concretos que sean útiles en la yihad. Es por esto que junto al material dedicado a ‘lavar el cerebro’ se encuentran manuales sobre cómo hacer explosivos con materiales de andar por casa, formas ingeniosas de realizar atentados, consejos para planificar un ataque, análisis de los errores cometidos por terroristas anteriormente…
4- Librar una lucha ideológica para legitimarse
La batalla ideológica para legitimarse consiste en presentarse siempre como las víctimas. A pesar de la bravura con la que representan a sus muyahidines, al-Qaeda y el Estado Islámico basan todos sus argumentos en el victimismo y una supuesta guerra de los ‘cruzados’ occidentales contra el islam. Para sustentar su discurso no dudan en inventarse la historia y distorsionar la realidad de la manera más convenientemente posible.
5- Lograr financiación
La financiación en internet todavía es algo en lo que están empezando, aunque sin demasiado éxito. Hay organizaciones que se dedican a recaudar dinero de inversores privados a través de bitcoins para llevar alimentos, armas y equipos a los yihadistas dentro de Siria, pero la realidad es que apenas están teniendo un impacto a tener en cuenta.
«Censurar y prohibir de forma indiscriminada lo único que va a hacer es convertir la propaganda de las organizaciones terroristas en algo aún más atractivo».Alberto Rodríguez García, periodista especializado en Oriente Medio, propaganda y terrorismo.
¿Cómo combatir el ciber-yihadismo?
La red se ha convertido en un lugar por el que las organizaciones terroristas yihadistas se mueven muy cómodamente. Hay países como Reino Unido que plantean combatir el ciber-yihadismo prohibiendo la difusión de cualquier tipo de material yihadista. No creo que vaya a funcionar.
Youtube sigue intentando eliminar las decenas de miles de videos del clérigo yihadista Anwar al-Awlaki que hay en su plataforma. Sin embargo, a pesar de llevar 8 años muerto, todavía hoy Awlaki es un referente y una inspiración para yihadistas de todo el mundo. Su material sigue compartiéndose, porque por cada video que se elimina, ya hay otro subido, por cada canal de telegram que se elimina, se abren 5, y por cada cuenta de twitter que se suspende, se activan 10.
Censurar y prohibir de forma indiscriminada lo único que va a hacer es convertir la propaganda de las organizaciones terroristas en algo aún más atractivo; precisamente porque está prohibido y cuadra con su discurso. La única solución posible pasa por el estudio académico de estos materiales, para que los periodistas y la población en general tengan las herramientas con las que poder detectar, refutar y anular los discursos yihadistas.
La propaganda solo sobrevive a través de la ignorancia y un aura que la hace especial. No se puede acabar con la radicalización de un día para otro, pero acabar con el ‘erotismo de la yihad’, es un paso.
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Tomado de ASERNE VENEZUELA: El ciber-yihadismo en las redes sociales: ¿Prohibir o prevenir?