Fraude electoral en Venezuela: estudio académico descarta alteración de las actas publicadas por la oposición venezolana (Parte II)

El fraude electoral en Venezuela cometido por el oficialismo a través de sus órganos de poder, el Consejo Nacional Electoral (CNE) que proclamó la victoria de Nicolás Maduro sin mostrar las actas de totalización que lo comprueben y el Tribunal Supremo Electoral (TSJ) que lo convalidó al calificar de falsas las actas publicadas por la oposición y no probar el referido triunfo.

Dorothy Kronick, profesora adjunta en la Escuela Goldman de Políticas Públicas de la Universidad de California en Berkeley, llevó a cabo un estudio académico en el que concluye que los datos arrojados por la campaña de Edmundo González Urrutia, el candidato presidencial de la oposición que acusa el fraude, reflejan el voto real emitido.

Nuestra primera entrega, concluyó con la presunción de la académica de que el doble registro en papel del sistema de votación electrónica de Venezuela puede confirmar o negar la validez de los recuentos a nivel de máquina de votación publicados por la campaña de González Urrutia.

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Jugada de la oposición

Previendo que el CNE no publicara las actas de totalización de cada mesa de votación o que lo hiciera entregando resultados falsificados, la campaña de Edmundo González Urrutia “organizó a cientos de miles de voluntarios para ayudar a recolectar y escanear actas la noche de las elecciones”.

Los testigos del candidato González Urrutia en cada mesa de votación debían conservar copias de las actas impresas, tomar una foto del código QR en la parte inferior de dichas actas y transmitir tanto la foto como los datos producidos por el código a través de la aplicación dedicada de la campaña.

Posteriormente, debían llevar el acta impresa a un comando de campaña local para ser escaneada. Tal estrategia permitió a la oposición publicar en dos días los escaneos de las actas en un sitio web y distribuido una hoja de cálculo que organizaba los resultados.

Esta página web refleja que el escrutinio de 25 073 máquinas de votación, las cuales representan el 82,8 % del total. Se trata del 84,7 % de los votantes registrados. La muestra indica que Edmundo González obtuvo el 67 % de los votos válidos, a saber, 7 303 480; mientras Nicolás obtuvo 3 316 142.

De acuerdo a esto, si Maduro hubiera obtenido “el 100 % de los votos de todos los electores registrados (es decir, el 100 % de participación) en el 17 % restante de las máquinas de votación, González habría ganado con un margen de cinco puntos (51,5 % a 46,5 %).

El rastro de papel

El estudio de Dorothy Kronick indica que el registro en papel debe establecer si los datos presentados por la oposición se extrajeron de las actas de recuento de las máquinas de votación y si dichos datos reflejan realmente las actas las elecciones reales. La respuesta a ambas cuestiones permitiría concluir que los datos de la campaña capturan con precisión los votos emitidos.

Kronick advierte que hasta el momento de publicación de su estudio “no hay informes creíbles de actas rivales (un informe reciente de un acta rival fue desacreditado rápidamente)”. Además, menciona que una serie de videos muestran “a los trabajadores electorales leyendo las actas al público la noche de las elecciones; los números en estos videos coinciden con los de las actas publicadas por la campaña”.

Apunta el estudio que a la par del acta, al momento de realizar las auditorías se levanta un acta escrita a mano que la oposición, salvo excepciones, no previó recopilar. Esto sí lo conserva los miembros de mesa, quienes lo entregan al CNE. Por tanto, “si las papeletas contadas a mano reflejaban más votos para Maduro que los que aparecen en las actas impresas de las que se extrajeron los datos de la campaña, el gobierno tendría todos los incentivos para hacer público este hecho”.

¿Tratos con ExCle?

El estudio de Dorothy Kronick se plantea varias posibilidades de actuación por parte de la campaña de Edmundo González Urrutia para mostrar los resultados ofrecidos en el caso de que estos hayan sido manipulados.

Una de las hipótesis planteadas es establecimiento de un trato con el proveedor de las máquinas de votación. Es decir, la oposición podría haber trabajado con ExCle o hackearla “para manipular el software y cambiar los votos a favor de su candidato a los efectos de las actas de recuento, sin emitir recibos de votación inexactos a los votantes individuales”.

Ello requeriría, además, que la campaña oficialista ni el CNE hicieran pública “una sola de las (probablemente) miles de actas de verificación del recuento manual que proporcionarían pruebas claras de tal malversación, si hubiera ocurrido”.

Kronick cree que un acuerdo de esta naturaleza entre la oposición y ExCle es inverosímil por la naturaleza de la relación de la empresa con el gobierno venezolano. La teoría del hackero es igualmente increíble.

Duelo de actas de escrutinio

Dorothy Kronick es profesora adjunta en la Escuela Goldman de Políticas Públicas de la Universidad de California en Berkeley.

Al publicar el estudio, Dorothy Kronick vislumbraba que el CNE pudiera publicar datos “a nivel de máquinas de votación que sumen los totales de votos anunciados por el gobierno, tal vez junto con un conjunto de actas de recuento que coincidan con los datos desagregados”.

Refiere que el CNE pudiera “fabricar sin mucha dificultad datos utilizando métodos indetectables por el análisis forense cuantitativo”. En este escenario de duelo de actas de recuento, la académica estima que los formularios de verificación de recuento manual volverían a resultar útiles.

Explica que a diferencia de las actas de recuento o, incluso, de los recibos de papeletas individuales, estos formularios de verificación de recuento manual no son impresos por una máquina, sino que miembros de mesa los llenan con bolígrafo y son firmados por todos los testigos. La falsificación en este caso se hace más cuesta arriba.

“Por eso, los observadores interesados en decidir entre dos conjuntos de actas rivales deberían solicitar que el consejo electoral publique no sólo los datos de las máquinas de votación (que Brasil y otros países ya han solicitado), sino también los formularios de verificación del recuento manual”.

La conclusión

Aunque la victoria de Edmundo González Urrutia sea inobjetable para muchos observadores que dan por reales los datos publicados en su página web. Otros pudieran advertir que no se debe “subestimar la destreza organizativa, la perspicacia conspirativa ni los recursos financieros de los políticos que se oponen al chavismo”.

Particularmente, Dorothy Kronick cree que la evidencia presentada, “ni siquiera niveles extraordinarios de destreza organizativa, perspicacia conspirativa y recursos podrían perpetrar un fraude de recuento que arrojara los datos de la campaña sin dejar rastros en el papeleo, rastros que, al menos hasta el momento de escribir este artículo, no han aparecido”.

En tal sentido, para la académica como para cualquiera que dude de la oposición venezolana, alerta Kronick, “puede, sin ningún conflicto, creer que los datos de la campaña reflejan los votos emitidos por los votantes venezolanos el 28 de julio de 2024”.

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