Patriotas cooperantes son delatores o sapos del chavismo

Aunque se pretenda disfrazar su labor, los patriotas cooperantes son delatores o sapos del chavismo. Eufemísticamente en la “Revolución Bolivariana” se ha querido “dignificar” —si acaso vale el término— de quienes, tanto en el gobierno de Hugo Chávez como en el de Nicolás Maduro, son informantes o colaboradores del Estado.

Su papel no es otro que el de proporcionar información sobre actividades consideradas contrarias al gobierno revolucionario, desarrolladas por los miembros de la comunidad donde se desenvuelven. En pocas palabras, hablamos de quienes popularmente son conocidos como los soplones, los sapos del chavismo.

Los “patriotas cooperantes” cumplen una función fundamental para la supervivencia revolucionaria. Su controvertido papel de vigilantes sociales a escala micro, los convierte en los agentes del control social en barrios y comunidades. Es decir, son responsables alertar sobre amenazas internas y externas ocurridas en la base de la sociedad: la familia y la mancomunidad de estas.

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El Estado comunal: base del patriotismo cooperante

En el denominado Estado comunal promovido por el chavismo con la instauración de las comunas y sus estructuras agentes, los consejos comunales, como una forma de ejercer la democracia directa y la participación, es en realidad una célula de control social.

Enmascarado en el supuesto ejercicio de la soberanía popular, el empoderamiento social, el objetivo fundamental del estado comunal es acabar con la descentralización, el debilitamiento de las instituciones democráticas, el fin de la autonomía municipal y la exclusión social.

Es a través de este último objetivo, la exclusión social, que se ejerce el patriotismo cooperante, con miras a acabar con la pluralidad política e ideológica en la base de la sociedad.

¿Para qué sirven los patriotas cooperantes?

A los sapos o delatores la revolución bolivariana los trata de dignificar llamándolos “patriotas cooperantes”.

El concepto de patriotas cooperantes se formalizó durante el gobierno de Hugo Chávez, aunque prácticas similares de vigilancia ciudadana ya existían en el país. Y si bien no son una novedad, en Venezuela adquirieron relevancia a partir de la llegada del chavismo al poder.

Como ya apuntamos, se enmarcan dentro de la estrategia del gobierno de asegurar el control social y mantener la estabilidad del régimen frente a amenazas internas y externas que puedan afectar la supervivencia del sistema.

Su rol principal es informar sobre actividades de ciudadanos, opositores políticos, organizaciones no gubernamentales (ONGs), y cualquier grupo que pueda representar un desafío al gobierno.

Funciones principales

Vamos a continuación las funciones que cumplen estos agentes del chavismo:

·         Vigilancia social

Los patriotas cooperantes actúan como ojos y oídos del Estado en diversas comunidades, reportando cualquier actividad que perciban como sospechosa o subversiva. Esto incluye la participación en protestas, declaraciones críticas hacia el gobierno o cualquier forma de organización que pudiera cuestionar la autoridad del régimen.

·         Contrainsurgencia y seguridad

En el contexto de las tensiones políticas y las protestas, los patriotas cooperantes son utilizados para identificar y señalar a los líderes de la oposición o a personas involucradas en manifestaciones. Su información puede ser utilizada para justificar detenciones, investigaciones o para intimidar a posibles disidentes.

·         Propaganda y control de la narrativa

Estos colaboradores también pueden desempeñar un papel en la difusión de propaganda oficial y en la lucha contra la desinformación, según la perspectiva del gobierno. Esto implica no solo la vigilancia, sino también la participación activa en la construcción de una narrativa favorable al gobierno bolivariano.

·         Apoyo a las fuerzas de seguridad

Los patriotas cooperantes trabajan en conjunto con las fuerzas de seguridad del Estado, como el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). En muchos casos, su información es utilizada para llevar a cabo operaciones de seguridad o represión política.

Controversias y críticas

El uso de patriotas cooperantes ha sido ampliamente criticado por organizaciones de derechos humanos y por la oposición política en Venezuela. Se les acusa de fomentar un clima de miedo y represión, donde la libertad de expresión y la disidencia están fuertemente restringidas. La falta de transparencia en su operación y la posibilidad de abusos de poder son también grandes preocupaciones.

El concepto de “patriotas cooperantes” refleja una estrategia de control social basada en la vigilancia y la delación, similar a lo que se ha visto en otros regímenes autoritarios. Aunque se presenta como un mecanismo para proteger la “soberanía nacional” y la “seguridad del Estado”, en la práctica contribuye a la consolidación del poder del gobierno a expensas de las libertades civiles en Venezuela.

Los patriotas cooperantes son delatores o sapos del chavismo, son informantes también conocidos como soplones o espías. Juegan un papel clave en la recopilación de información para los gobiernos y agencias de inteligencia, desde la Unión Soviética hasta el siglo XXI. Su operación evolucionó con el tiempo y se refleja a través de los cambios en las tecnologías, estrategias de espionaje y el contexto político global.

Unión Soviética

Durante la era de la Unión Soviética, la figura del soplón fue fundamental para el aparato de seguridad del Estado, principalmente bajo el mando del KGB (Comité para la Seguridad del Estado).

Estos informantes operaban tanto dentro del país como en el extranjero, y sus funciones eran variadas:

1. Vigilancia interna

Los soplones eran utilizados para monitorear y reportar actividades consideradas sospechosas o subversivas dentro de la propia Unión Soviética. Esto incluía a disidentes, intelectuales y cualquier persona que pudiera estar en contra del régimen. A menudo, eran ciudadanos comunes que eran coaccionados o incentivados a informar sobre sus vecinos, compañeros de trabajo, o incluso familiares.

2. Espionaje internacional

Fuera del país, los soplones soviéticos operaban en el marco de la Guerra Fría, con el objetivo de infiltrarse en gobiernos extranjeros, instituciones académicas o incluso movimientos de resistencia en otras naciones. El objetivo era obtener secretos militares, científicos o tecnológicos que pudieran dar ventaja a la Unión Soviética sobre sus rivales, particularmente los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.

2. Propaganda y desinformación

Parte del trabajo de los soplones también implicaba difundir desinformación para influir en la opinión pública tanto dentro como fuera del país, debilitando la moral de los enemigos y fortaleciendo la del Estado soviético.

Transición al Siglo XXI

Con la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría, la dinámica del espionaje cambió, pero el uso de soplones continuó evolucionando:

Nuevas tecnologías

En el siglo XXI, el espionaje se ha adaptado a las nuevas tecnologías. Los soplones ahora no solo recopilan información de manera tradicional, sino que también pueden ser hackers, infiltrándose en sistemas informáticos para obtener datos sensibles.

1. Guerra cibernética

Los soplones ahora pueden ser parte de operaciones de guerra cibernética, ejecutando ataques o defendiendo contra ellos. Países como Rusia son acusados de utilizar este tipo de tácticas en conflictos modernos, como las interferencias en procesos electorales en otros países.

2. Nuevas tecnologías

En el siglo XXI, el espionaje se ha adaptado a las nuevas tecnologías. Los soplones ahora no solo recopilan información de manera tradicional, sino que también pueden ser hackers, infiltrándose en sistemas informáticos para obtener datos sensibles.

3. Contraterrorismo

Después del 11 de septiembre de 2001, la lucha contra el terrorismo internacional se convirtió en una prioridad global. Los informantes ahora son empleados por agencias de inteligencia en todo el mundo para infiltrarse en redes terroristas y prevenir ataques, una tarea que a menudo requiere operaciones encubiertas muy delicadas.

4. Corporaciones privadas

En la actualidad, las empresas privadas también emplean informantes para el espionaje industrial. Estos informantes pueden ser empleados que son sobornados o coaccionados para revelar secretos corporativos.

Impacto y consecuencias

En el estado comunal el patriota cooperante es ficha fundamental.

Ser un soplón a menudo conlleva riesgos significativos, incluyendo el peligro de ser descubierto y enfrentarse a represalias. Históricamente, los soplones son vistos con desprecio por sus pares y, en muchos casos, son utilizados y luego descartados por las agencias para las que trabajaron.

En resumen, los soplones son una herramienta vital para las agencias de inteligencia desde la era de la Unión Soviética hasta el presente, adaptándose a las necesidades cambiantes del espionaje moderno. Su operación pasó de ser mayormente física y basada en el contacto humano a ser cada vez más digital y tecnológica, lo cual refleja los avances en la infraestructura de la información global.

Vea en Sin Filtros “El fracaso del estado comunal en Venezuela (la consulta del 25 de agosto)”

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