Sobrefacturación de importaciones excede del 27%

Tras 10 años de control de cambio las distorsiones en el régimen se acentúan. Las importaciones a un tipo de cambio barato están estimulando cada vez más procedimientos como la sobrefacturación.

En 2012 las importaciones públicas y privadas alcanzaron los 56,3 millardos de dólares y de ese monto, 15,4 millardos de dólares (27,4%) fueron compras externas ficticias, según los cálculos de la firma Ecoanálitica, que muestran que las mayores sobrefacturaciones se presentaron en el sector público.

La sobrefacturación consiste en declarar un monto de compraventa superior al real. De esta manera se termina asignando una cantidad de divisas mayor a la que se requería para adquirir los insumos. Ya en otros períodos de control de cambio, como el que abarcó los años 1994 a 1996, ese procedimiento fue constante, las importaciones crecían y las sobrefacturaciones aumentaban.

Ante esos procedimientos, la semana pasada el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, admitió en una entrevista al diario Ciudad Caracas que «cuando creas un sistema de administración de divisas, el otro polo, la gente que quiere burlarlo, nace automáticamente. Puedes perseguirlos, pero siempre le buscan la vuelta: la sobrefacturación, los containers llenos de piedra, trucos para lograr su meta: comprar barato y vender caro. Pero el régimen de administración se mantiene firme, no lo vamos a cambiar».

Para que casi un tercio de las importaciones sean sobrefacturadas el estímulo principal es la tasa de cambio. El economista, José Guerra, señala que «el control de cambio está asociado a importar a dólares baratos, lo que induce a sobrefacturar. El subsidio cambiario impulsa esas prácticas» y añade que «ello no se hace sin la cooperación de otros entes».

Con el fin de determinar las compras ficticias, Ecoanalítica cotejó las salidas de capital con los inventarios y descubrió que las salidas de fondos del sector público no tienen otra explicación que la sobrefacturación, por ello, calcula que de las importaciones públicas, que fueron 21,7 millardos de dólares, el 39,7% fueron ficticias.

En el sector privado ese procedimiento se registró en una menor proporción. Un 19% de las importaciones, que sumaron 34,6 millardos de dólares, fueron sobrefacturadas.

Ya en diciembre las autoridades de Cadivi expresaron que un grupo de empresas había sido sancionado por ese tipo de práctica y aseguraron que muchas fueron suspendidas del sistema y enviadas a la Fiscalía, sin embargo, hasta la fecha no han precisado la marcha de esas investigaciones.

José Guerra asegura que «el incentivo para las compras ficticias es muy grande, porque el diferencial entre la tasa oficial y la no oficial es muy amplio».

En la regulación de ese mercado paralelo los voceros gubernamentales ya reconocieron que han fracasado. En días pasados, el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, dijo que se creó «el Sitme para evitar que el dólar no oficial escalara, pero no cumplió los objetivos a partir de octubre, entonces una de las variables que era uno de los objetivos fundamentales de tenerlo en un rango manejable para la economía se perdió».

El Sitme ya fue eliminado y las importaciones serán asumidas por Cadivi y un nuevo ente regirá la política cambiaria, según reportó el diario El Universal. 

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