Como dispararnos en la cabeza

Fuente: KIEN Y KE


George Soros y Juan Manuel Santos

El tan mencionado editorial del 24 de mayo del New York Times termina citando al tristemente recordado Aronson, delegado por Obama para animar y alcahuetear las conversaciones de La Habana. 

Lo citado dice, refiriéndose a Colombia, que “si nos retiramos ahora, especialmente con Venezuela haciendo implosión, sería como dispararnos en la cabeza”. 

¿A quienes se refiere este hombre de negocios cuando habla de “retirarnos”? ¿A su amigo Santos, a Obama, a Soros, a los 79 congresistas demócratas que firmaron una carta pidiendo presión sobre Duque o, lo más seguro, a todos juntos y otros más?¿Retirarse de dónde? ¿Luego al tal señor Aronson no lo habían sacado de La Habana por conflicto de intereses? ¿Qué nuevos intereses puede estar protegiendo ahora cuando Venezuela está “haciendo implosión? Para negociantes de su calaña esta región del mundo en crisis es un campo fértil para cultivar sus negocios. Si les funciona la cosa ellos no se van a disparar sobre sus cabezas sino que lo harán sobre las nuestras.

Lo cierto es que Aronson no es de confiar y que sus opiniones dadas al NYT hace que esto huela muy mal. Volviendo al, por demás vergonzoso, editorial podemos ver que tal como comienza termina, con el beneplácito a una falsa paz alcanzada con un acuerdo suscrito entre los peores criminales de la historia de Colombia y el más corrupto y detestado presidente de nuestro país. Inicia proclamando que “la paz colombiana es demasiado valiosa como para abandonarla”, cuando Colombia está viviendo momentos en los que la violencia se ha convertido de nuevo en protagonista y con la terrible perspectiva de llegar a superar los peores momentos del pasado si el narcotráfico no es atacado decididamente. Mencionar este editorial como “un milagro” el haber firmado un acuerdo de claudicación del Estado y recordarnos el tan discutido premio Nobel de Paz es algo que indigna a cualquiera que esté al tanto de lo ocurrido en Colombia durante los dos periodos presidenciales de Santos. No tengo duda de que este poderoso periódico americano sabe perfectamente de que se trata el asunto y la versión que da de los hechos la ha tergiversado para proteger intereses de quienes pescan en río revuelto cuando se mueven capitales inmensos del narcotráfico, la minería ilegal, el lavado de dineros y la corrupción.

Cada párrafo de ese editorial indica que quien lo escribió -o quienes lo escribieron- le tiene franca alergia a la verdad. En diversos artículos ha sido analizado y el lector mismo puede constatar leyéndolos, o remitiéndose directamente al NYT, de lo malintencionado que es, pero también pudiera indagar sobre lo que está detrás de una publicación tan sui generis en un momento crítico como el que vive la región.

Las palabras de Aronson dicen mucho. Una expresión tan fuerte y gráfica como la de dispararnos en la cabeza indica lo grave que sería para algunos siniestros personajes que Colombia retomara el rumbo de la seguridad democrática cuando Venezuela está en un camino claro a la liberación con el apoyo de Trump, Duque y Bolsonaro. Mientras mantengan neutralizada a Colombia, con un acuerdo de paz que debilita al estado y fortalece a los narcoterroristas, pueden prescindir de una Venezuela empobrecida a la que le arrebataron sus riquezas dispersando por el mundo los billones de dólares robados introducidos a la economia global que difícilmente le serán restituidos a los venezolanos.

Si su estrategia sigue su curso Colombia caerá muy pronto en sus garras. Por ahora tienen que acosar al presidente Duque, silenciar a Bolsonaro y derrotar mediáticamente a Trump. El NYT cumple su papel con artículos y hasta un editorial. Pareciera que se tratara de una política de desinformación para debilitar a Duque y a las fuerzas armadas en el momento en que se proponen una ofensiva clara contra el narcoterrorismo y el crimen transnacional organizado de la mano con la liberación de Venezuela. 

Mientras la izquierda internacional, Soros y sus compinches, el Foro de Sao Paulo y los socialistas del siglo XXI aliados al narcotráfico y al crimen transnacional organizado mantengan en sus garras a Colombia, la joya de la corona, podrán perder ahora a Venezuela que luego volverán por ella.

Etiquetas: Georges Soros, Juan Manuel Santos, narcotrafico

Tomado de Como dispararnos en la cabeza