El abogado Fernando Berguido, quien fue embajador de Panamá en Italia (2015-17), mantuvo una relación de amistad y confianza con el expresidente Juan Carlos Varela, incluso después de dejar su cargo diplomático. El mandatario le consultaba sobre diversos temas y le pedía que le ayudara a redactar comunicados, especialmente sobre el acercamiento de Panamá con China. Berguido también le aconsejaba que se distanciara del padre David Cosca, involucrado en un escándalo por la muerte de una persona en un hotel.
Además, Berguido apoyaba a su amigo en las redes sociales, defendiendo la decisión de ceder terrenos para la embajada de China en Amador y criticando la supuesta hipocresía de los estadounidenses: “Que rompa relaciones diplomáticas (Estados Unidos) con China Popular y vuelva a reconocer a Taiwan”, escribía el abogado en su cuenta de Twitter.
Parece que Berguido también servía al exmandatario para influir en algunos temas en “LP” (presuntamente el diario La Prensa). En una ocasión, Varela le pidió que exigiera el despido de un periodista que supuestamente había escrito sobre NG Power, una empresa relacionada con el sector energético.
Dado que las conversaciones del portal Varelaleaks.com se hicieron públicas en 2018, y considerando que se trata de un exfuncionario público, a continuación se presentan las supuestas comunicaciones entre el abogado Fernando Berguido y el exmandatario para que la sociedad las evalúe en su contexto.
En septiembre de 2018, se reveló un caso que comprometía al padre David Cosca, presuntamente vinculado a la muerte de un ciudadano en un hotel panameño, según La Estrella de Panamá.
Berguido recomendaba: “Aléjate lo más posible de lo de Cosca. No vayas a quedar enredado en un cover”. Le advertía a Varela por su cercanía a la Iglesia.
El presidente respondía que “estaba a distancia”.
Para dejar posiciones claras en el tema, Berguido proponía preparar una frase como: “En este país nadie puede estar por encima de la ley: ni los políticos, ni los millonarios, ni los curas”.
El exdiplomático le alertaba que el tema del religioso sería una bomba y salpicaría por todos lados a pocos meses de que se celebrara en Panamá la Jornada Mundial de la Juventud, en enero 2019, a la que asistiría el papa Francisco.
El 11 de septiembre, el presidente recurre a Berguido para “desenmascarar lo que pasó en la Corte”.
Por esas fechas los magistrados estuvieron a punto de conceder al expresidente Ricardo Martinelli una medida distinta a la detención preventiva.
“Manda, regreso jueves (de un viaje) o si quieres antes, con Rolando?” (López, director del Consejo de Seguridad), preguntaba el abogado.
“Contigo”, aclaraba Varela.
Enseguida el presidente le informa que el magistrado Cecilio “Cedalise, alquiló un departamento en Bijao (Playa Blanca) y se la pasa tomando con gente del gobierno pasado. Está construyendo una casa en camino El Valle”.
“Cabrón, lo compraron”, especulaba Berguido.
“Sí, uno más o ya, y tocará darle con todo”, vaticinaba Varela.
Nuevamente el tema de China sale al tapete. Berguido quería saber si ya se había tomado la decisión sobre qué terrenos asignar a la embajada. Se apunta con otro consejo sobre las palabras que debe pronunciar él o la canciller al respecto, y a la vez califica a la ciudadanía como ausente de conocimiento en el tema de China y “hacen daño por su ignorancia”. Propone que la canciller Isabel de Saint Malo debe tomar un rol más activo (en la política).
La intención de Varela de entregar a los chinos un terreno en Amador ponía al gobierno en aprietos ante los cuestionamientos de la población. Aparentemente, el gobernante sugirió cancelar las tierras de la Fundación Omar Torrijos por incumplimiento de la Ley 26 de 5 de julio de 2006. Berguido hacía eco en las redes sociales sobre el tema.
Como una aparente forma de contrarrestar las presiones internacionales, Varela le pide a su amigo que averigüe sobre las 22 hectáreas de Clayton que se concedieron a los americanos para su embajada, a cambio del terreno que desocuparon en la avenida Balboa.
Con los chinos se barajaban tres opciones en Clayton, de las cuales dos habían vetado los chinos.
A mediados de septiembre, Pekín reconoció al Vaticano, una noticia que Varela ya había conversado con Xi Jinping, presidente del gigante asiático. El papa tenía intención de ir a China, pero ya Varela estaba al tanto.
Las elecciones internas del PRD se desarrollaban, ambos coincidían en que Laurentino “Nito” Cortizo saldría vencedor, y Berguido veía al “Toro” (Ernesto Pérez Balladares) “con cara de perdedor”.
“Sí”, coincide Varela, “esta noche se van varios bultos a casa, ‘Toro’, Navarro (Juan Carlos Navarro), Solís (Gerardo) y Zulay (Rodríguez)”.
“¿Qué tal tu vínculo con ‘Nito’?”, consulta el abogado. “Respetuoso”, señala Varela. “Aunque ese partido en gobierno es soberbio”, añade el mandatario.
“Oh yes, y me han dicho que él es bien soberbio”, añade el amigo. De inmediato el presidente recuerda el pasado de ‘Nito’: “tiene Cemis, Remigio Rojas, concesión de arena…”.
Berguido celebra la “palera” que le estaban dando al “Toro” Pérez Balladares. El presidente se ríe y dice que “si queda de último lugar es bueno”. Se lamenta que a la vicepresidenta no le guste el tema (de la política), pues “la sentaría en la silla” de candidatos a la presidencia con poco esfuerzo.
“Trata de convencerla”, le dice Berguido. Conjeturan sobre la oferta electoral si la vicepresidenta se animara: “Isabel, (Rómulo) Roux y Cortizo y así el gobierno se reeligiría”. “Mira (José) Blandón qué pereza, oponiéndose a que se le conceda a China un espacio para su embajada en Amador”, manifiesta Varela. “Se está limpiando”, le dice Berguido.
La victoria de “Nito” como candidato oficial del PRD se anuncia y Berguido empieza a criticar su discurso: “demasiadas cosas”. “Se ve que es medio terco también”, añade Berguido.
Al día siguiente ambos vuelven a comentar el discurso de “Nito” al que Varela se moría por responder, pero Berguido le dice que se “aguante”.
Enseguida le sugiere a Varela que guarde para el futuro una entrevista en la que “Nito” se “resbaló con el tema de Odebrecht”. En ella manifestó que si la empresa brasileña se ganaba una licitación en su gobierno no podría hacer nada y tendría que dársela. Suelta la carcajada: “tu línea”, parece festejar Berguido, según el portal.
“Él no puede declarar contra ellos, tiene al PRD agarrados”, justifica Varela.
El presidente le comenta a Berguido que debe pedir el puesto de Wilfredo Jordán, un periodista del diario La Prensa que escribió un artículo sobre la empresa NG Power. A juicio de Varela, la compañía había ganado la concesión de generación eléctrica a base de gas natural en forma irregular, un contrato para el “Estado oneroso, una estafa”, decía. Le da un panorama a Berguido sobre los movimientos financieros de NG Power, que firmó un acuerdo con la empresa Shanghai Electronic, a la que presentaba como cierre financiero.
Varela le solicitaba a Berguido que sacara temas presumiblemente en La Prensa, por ejemplo, el de los tanques de Apsa, aunque él reclamaba que le faltaban municiones. Se refería al negocio de un americano que tenía 40 hectáreas en la entrada del Canal. Varela insistía que contara la historia.
Nuevamente Berguido alertaba al presidente de que el tema de China se podía enredar y le convenía preparar una ofensiva diplomática para desenmascarar “medias verdades”.
“El costo de jugar ligas grandes por el país de uno”, se lamenta Varela.
El asesor le sugiere que “hable el tema personalmente con la CIA y con el Secretario de Estado (norteamericano) Mike Pompeo”. Varela le responde que estará al “más alto nivel en Langley”, ubicación de las oficinas centrales de la CIA de las que Pompeo había sido director. A la vez le servían como un puente para comunicarse con “state” (presuntamente el Departamento de Estado).
En un viaje a Nueva York, Estados Unidos, Varela pronunciaría su último discurso como mandatario ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Fueron de compras juntos, pasaron por Armani, sitio donde lo esperaba Berguido y le sugería al presidente no comprar muchas corbatas porque ya le había comprado una donde “su artesano newyorquino”.
El exembajador de Panamá en Italia, a efectos de responder a las publicaciones del diario La Estrella de Panamá que revelaban la injerencia del Ejecutivo en los casos de investigación penal, donde intervino la firma del abogado Rogelio Saltarín, pedía al presidente que le consiga el monto que habían cobrado las firmas de abogados por asesorías al Estado durante la administración de Juan Carlos Varela, entre ellas Tapia, Linares y Alfaro.
“¿Cuánto se les ha pagado a esos hijos de puta?”, cuestionaba el exdiplomático.
En octubre 8, la administración Varela aún no había efectuado pronunciamiento sobre las revelaciones de La Estrella de Panamá, de tal forma que Varela solicitaba a Berguido que le ayude a manejar el tema.
Le pedía que preparara un borrador junto a Salvador Sánchez, entonces ministro de la Presidencia, para hacer frente a la información del rotativo. Después de varios intentos se publicó un comunicado en nombre del Gobierno, aunque su amigo criticó la tardanza en responder.
Semanario El Venezolano. Madrid, del 03 al 16 de agosto de 2022