Un personaje que, se escucha, ha pasado inadvertido en los recientes operativos en Venezuela de la Policía Nacional Contra La Corrupción, es David De Lima, exgobernador del estado Anzoátegui, exdirector del diario Últimas Noticias y señalado en el año 2020 de ser el responsable de comprar con “maletines verdes”, a los diputados “alacranes” o disidentes de la oposición, en la Asamblea Nacional venezolana, fungiendo supuestamente como operador de Alex Saab.
De Lima, abogado de profesión, fue miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela de 1999. Fue militante del partido Movimiento al Socialismo (MAS) y llegó a la gobernación del estado Anzoátegui en el año 2000, con el apoyo del otrora mandatario Hugo Chávez. Sin embargo, en el mes de abril del año 2002, durante el golpe de Estado de Pedro Carmona Estanga, De Lima se pronunció contra Chávez, motivo por el que fue excluido del chavismo.
Años más tarde, el exgobernador se volvió una especie de puente entre chavistas y opositores, además de convertirse en alguien próximo a Tareck El Aissami, cuando éste se desempeñaba como ministro de Petróleo de Venezuela.
De Lima era uno de los cerebros que asesoraba política y jurídicamente a El Aissami. Se escucha que, gracias a las ganancias que le produjo esa relación, De Lima consiguió adquirir dos casas en Las Villas, una de las urbanizaciones más ostentosas y costosas de la ciudad de Lechería. De la misma forma, el exgobernador habría conseguido adquirir un apartamento en Caracas, además de disfrutar de unas lujosas oficinas.
Se escucha que De Lima es uno de los corresponsables de los hechos por los que han sido detenidos en Venezuela por la Policía Nacional Anticorrupción, miembros del entorno de El Aissami.
Presunta conspiración
Una teoría asegura que las detenciones no han sido solamente la consecuencia de la participación de los aprehendidos en hechos de corrupción en PDVSA, sino también debido al papel que los mismos han jugado en la estructura de relaciones de El Aissami. Se escucha que el exministro encabezaba supuestamente una conspiración, que intentaba deponer a Maduro. El supuesto plan se pondría en marcha cuando el líder del régimen realizase un viaje oficial a Turquía, momento que aprovecharían para, mediante posibles fallas mecánicas de la aeronave, obligar al avión a aterrizar en otro país donde pudiese ser detenido.
Posteriormente a la detención, El Aissami y su grupo se pondrían en Venezuela al frente del régimen.
El exministro de petróleo permanecería supuestamente aislado en Fuerte Tiuna, mientras son investigados, buscados y detenidos los miembros de su estructura. Las investigaciones incluirían el vaciado de mensajes y comunicaciones telefónicas que pudieran dar más luces sobre los alcances de la conspiración y de los personajes que pudieran haber estado comprometidos aportando recursos y formando parte del plan para derrocar al Gobierno de Maduro y asumir ellos el poder.
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