13/11/2014 02:53:00 p.m. | Reuters.- Los desequilibrios de las cuentas fiscales de Venezuela no representan un peligro inmediato para la capacidad de pago de la deuda del país, aunque la alta inflación y un ambiente externo más complicado plantean riesgos, dijo la agencia calificadora Moody’s en un reporte difundido el jueves.
El déficit total del sector público de Venezuela es de algo más de 10% del producto interno bruto (PIB), una magnitud que, según Moodys, normalmente plantearía un riesgo serio para la solvencia de cualquier nación.
«Pero la inflación persistentemente alta y los controles de capitales y cambios altamente restrictivos han creado un ambiente en el que el país puede obtener financiamiento doméstico fácilmente a tasas muy accesibles sin llevar a una espiral de deuda», dijo la agencia calificadora.
El reporte destacó el aumento de la deuda en moneda local como alternativa para el financiamiento del gobierno del presidente Nicolás Maduro, la amplia liquidez en el sistema bancario por los controles financieros y las tasas reales negativas que paga la administración como resultado de la elevada inflación .
«En la medida que el ritmo de la inflación no se acelere precipitadamente, amenazando un colapso sistémico, el mercado de deuda doméstico de Venezuela seguirá siendo altamente accesible«, dijo Jaime Reusche, un vicepresidente de Moody’s.
«El riesgo real es que las crecientes presiones sobre las finanzas externas del país puedan desatar una crisis de balance de pagos. El mayor riesgo de una crisis cambiaria sigue siendo la vulnerabilidad clave para el servicio de la deuda externa», agregó.
Los inversores han estado preocupados en los últimos meses por temor a que Venezuela pueda detener los pagos de su deuda externa para proteger sus reducidas reservas de divisas, que han sido golpeadas por la disminución en los precios del petróleo .
A fines del mes pasado, Venezuela confirmó que la petrolera estatal Pdvsa había pagado en tiempo y forma 3.000 millones de dólares a los tenedores de un bono. Además de unos $4.000 millones en deuda soberana.