Los bonos de la República y de Petróleos de Venezuela continuaron ayer en alza aunque siguen sin alcanzar el precio que tuvieron el viernes 12 de abril, días antes de las elecciones. Los temores sobre el desempeño económico del país persisten y a eso se suma que la calificadora de riesgos Standard & Poor’s modificó de estable a negativa su percepción sobre los bonos de la petrolera.
Esta evaluación se interpreta como una continuación de la decisión que esta firma tomó la semana pasada cuando hizo un cambio similar en el caso de los bonos soberanos, manteniéndolos con la valoración B+, que en la nomenclatura de esta agencia se refiere a papeles que no tienen grado de inversión, su riesgo es alto por la posibilidad de incumplimiento de pagos aunque resultan atractivos para especuladores financieros por las elevadas tasas de interés que pagan.
Standard & Poor’s señala que Pdvsa afronta una situación «crítica», su producción está en declive y se agravó la dependencia en la empresa porque aporta 96% de las divisas que ingresan al país y 50% de los ingresos fiscales. A eso se agrega el papel fundamental que el gobierno de Hugo Chávez le asignó a la petrolera de financiar directamente un conjunto de programas sociales.
«No esperamos que la relación de Pdvsa con el Gobierno cambie de manera significativa en los próximos tres años», dijo Fabiola Ortiz, analista crediticia de Standard & Poor’s.
Esta calificadora, no obstante, reconoce que bajo cualquier circunstancia el Ejecutivo intentará proporcionar apoyo crediticio para evitar el colapso de la estatal.
Una opción que Pdvsa encontró para cubrir sus problemas de caja es mediante los auxilios en moneda nacional que recibe del Banco Central de Venezuela. Al cierre del primer trimestre el saldo fue de 162,6 millardos de bolívares, equivalentes a 25,8 millardos de dólares a la tasa de 6,30 bolívares por dólar.
La estatal redujo parte de esta deuda, calculada en moneda extranjera en más de 12 millardos de dólares, gracias a la devaluación de 46,5% que decretó el Ejecutivo en febrero. Sin embargo, en Pdvsa no hay la intención de abandonar esta práctica que se instauró a principios de 2010, y desde entonces su deuda con el ente emisor nominalmente ha crecido 11 veces. Entre los economistas hay consenso que esta práctica es errada, incluso entre los que respaldan la revolución bolivariana. «El financiamiento del déficit fiscal por parte del Banco Central se convierte en una práctica reiterada y creciente, las consecuencias son nefastas», dijo el economista Victor Alvarez, investigador del Centro Internacional Miranda, en un escrito sobre los retos que afronta el presidente Nicolás Maduro.
A criterio de este experto está práctica es una de las causa que acelerando la tasa de inflación, según reportó el diario El Nacional.